ii. cabin inspection

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▓▓▓▓▓ ┇ Incineramos un
sudario metálico

pov percy

Soñé con Rachel Elizabeth Dare; se dedicaba a lanzar dardos a un retrato mío.

Estaba de pie en su habitación… Vale, rebobinemos un poco. Debo explicar primero que Rachel no tiene una habitación, sino toda la planta superior de la mansión de su familia, un edificio restaurado de piedra arenisca ubicado en Brooklyn. Su «habitación» es un inmenso desván con iluminación industrial y ventanales del suelo al techo. Es el doble de espacioso que el apartamento de mi madre.

Un tema de rock alternativo rugía por un altavoz ultramoderno manchado de pintura. Por lo visto, la única norma de Rachel en materia musical era que no hubiese en su radio dos canciones que sonaran igual. Y que todas fueran extrañísimas.

Ella iba con un quimono y tenía el pelo encrespado, como si acabara de levantarse. La cama estaba deshecha. Había una serie de caballetes de pintura tapados con sábanas, y por el suelo se veía ropa sucia tirada y envoltorios de barritas energéticas. Pero, bueno, cuando tienes una habitación así de grande, el desbarajuste no produce tan mala impresión. Las ventanas mostraban el panorama nocturno de los rascacielos de Manhattan.

El cuadro acribillado era un retrato en el que yo aparecía de pie sobre el gigante Anteo. Rachel lo había pintado un par de meses atrás. La expresión de mi rostro era feroz, casi inquietante, de manera que resultaba difícil saber si era el bueno o el malo, pero ella decía que aquél era exactamente mi aspecto después de una batalla.

—Semidioses —mascullaba con retintín mientras lanzaba un dardo al lienzo—. Ellos y sus estúpidas operaciones de búsqueda.

La mayoría de los dardos rebotaban, pero varios se clavaban. Uno colgaba de mi mentón como una perilla.

Alguien aporreaba la puerta.

—¡Rachel! —Era la voz de un hombre—. ¿Se puede saber qué demonios haces? Baja esa…
Rachel apagaba la música con el mando a distancia.

—¡Adelante!

Su padre entraba enfurruñado y parpadeaba a causa de aquella luz tan cruda. Tenía el pelo rojizo, como Rachel, aunque un poco más oscuro y totalmente aplastado por un lado, como si acabara de perder una pelea con su almohada. Su pijama azul de seda llevaba bordadas en el bolsillo las iniciales «W.D.». La verdad, ¿quién se borda las iniciales en el pijama?

—Pero ¿qué pasa aquí? —preguntaba airado—. Son las tres de la mañana.

—No podía dormir —decía Rachel.

En ese momento uno de los dardos clavados en mi retrato caía al suelo. Ella trataba de tapar el cuadro con el cuerpo, pero el señor Dare lo veía igualmente.

—Vaya… ¿Así que tu amigo no va a venir a Saint Thomas?

Así era como me llamaba el señor Dare. Nunca «Percy». Sólo «tu amigo». O «joven», si es que se dirigía a mí, cosa que raramente sucedía.

Rachel arqueaba las cejas.

—No lo sé.

—Salimos por la mañana —decía su padre—. Si no se ha decidido ya…

¹ 𝑈𝑁𝑇𝐼𝐿 𝑇𝐻𝐸 𝐸𝑁𝐷 ❪ hp x pjo ❫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora