xi. prometheus shows me a memory

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▓▓▓▓▓ ┇Un titán me trae un regalo

pov percy

La bandera blanca se distinguía a un kilómetro de distancia. Era tan grande como un campo de fútbol y la llevaba un gigante de piel azul y pelo gris helado que debía de medir diez metros.

—Un hiperbóreo —dijo Thalia—. Los gigantes del norte. Es mala señal que se hayan adherido al bando de Cronos. Ellos suelen ser pacíficos.

—¿Los conoces? —pregunté.

—Hum. Hay una colonia en Alberta. Y te aseguro que no conviene meterse en una batalla de bolas de nieve con esos tipos.

Con el gigante venían tres mensajeros de estatura humana: un mestizo con armadura, una empusa diabólica con vestido negro y pelo llameante, y un hombre alto con esmoquin. La empusa iba del brazo de este último, de manera que parecían una pareja de camino a Broadway para ver un musical o algo parecido (eso, naturalmente, si dejabas de lado su pelo en llamas y sus colmillos).

El grupo caminó con parsimonia hacia el parque infantil Heckscher. Los columpios, las pistas y los areneros estaban vacíos. Lo único que se oía era la fuente de Umpire Rock.

Miré a Grover.

—¿Ese tipo del esmoquin es el titán? —le pregunté.

Asintió, nervioso.

—Parece un mago —comentó—. Y no soporto a los magos. Suelen tener conejos.

Lo miré, incrédulo. Venus era una maga y se llevaba excelente con ella.

—¿Es que te dan miedo los conejos?

—¡Beee-eee! Son unos abusones. Siempre roban el apio de los sátiros indefensos.

Thalia carraspeó.

—¿Qué? —preguntó Grover.

—Habrá que ocuparse de tu fobia a los conejos más tarde —le dije—. Ahí vienen.

El hombre del esmoquin se adelantó. Era más alto que la media de los humanos: mediría unos dos metros diez. Llevaba el pelo oscuro recogido en una coleta y los ojos ocultos tras unas gafas de sol redondas. Pero lo que más me llamó la atención fue su rostro cubierto de arañazos, como si lo hubiese atacado un animalito: un hámster quizá, pero uno muy furioso.

—Percy Jackson —dijo con voz muy suave—. Es un gran honor.

Su amiga, la empusa, me soltó un agudo silbido. Seguramente sabía que yo había destruido a dos de sus hermanas el verano anterior.

—Querida —le dijo el del esmoquin—, ¿por qué no te pones cómoda por ahí?

Ella le soltó el brazo y se deslizó hacia un banco del parque.

Me fijé en el semidiós armado que iba detrás. No lo había reconocido con su nuevo casco, pero era mi viejo amigo Ethan Nakamura, el que había intentado apuñalarme por la espalda. Tenía la nariz como un tomate después de nuestro encuentro en el puente de Williamsburg. Eso me hizo sentir mejor.

—Hombre, Ethan —dije—. Qué buen aspecto tienes.

Me lanzó una mirada asesina.

—Al grano. —El del esmoquin me tendió la mano—. Soy Prometeo.

Me quedé demasiado atónito para estrechársela.

—¿El que robó el fuego? ¿El que fue encadenado a una roca donde los buitres le devoraban el hígado, y todo eso?

¹ 𝑈𝑁𝑇𝐼𝐿 𝑇𝐻𝐸 𝐸𝑁𝐷 ❪ hp x pjo ❫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora