ᴏᴏ. ■ 𝒰𝑁𝑇𝐼𝐿 𝒯𝐻𝐸 ℰ𝑁𝐷
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❛ all of my past, i tried to erase it. but now i see, would I even change it?. might share a face and share a last name❜
( ᵎ ִֶָ ◞ ) ━━ En donde Venus Black
intenta sobrevivir a dos mundos
completamente distin...
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❪ omniscient narrator ❫
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Se abrió la puerta del despacho.
—Hola, Potter y Black —dijo Moody—. Entren.
Harry y Venus entraron. Ya en otras ocasiones habían estado en el despacho de Dumbledore: se trataba de una habitación circular, muy bonita, decorada con una hilera de retratos de anteriores directores de Hogwarts de ambos sexos, todos los cuales estaban profundamente dormidos. El pecho se les inflaba y desinflaba al respirar.
Cornelius Fudge se hallaba junto al escritorio de Dumbledore, con sus habituales sombrero hongo de color verde lima y capa a rayas.
—¡Harry! ¡Venus! —dijo Fudge jovialmente, adelantándose un poco—. ¿Cómo están?
—Bien —mintió Harry.
—Excelente —mintió Venus con una sonrisa.
—Precisamente estábamos hablando de la noche en que apareció el señor Crouch en los terrenos —explicó Fudge y su mirada se dirigio a Harry —. Fuiste tú quien se lo encontró, ¿verdad?
—Sí —contestó Harry. Luego, pensando que no había razón para fingir que no había oído nada de lo dicho, añadió—: Pero no vi a Madame Maxime por allí, y no le habría sido fácil ocultarse, ¿verdad?
Con ojos risueños, Dumbledore le sonrió a espaldas de Fudge.
—Sí, bien —dijo Fudge incómodo—. Estábamos a punto de bajar a dar un pequeño paseo, Harry y Venus. Si nos perdonan… Tal vez sería mejor que volvieran a clase.
—Nosotros queremos hablar con usted, profesor —se apresuró a decir Harry mirando a Dumbledore, quien le dirigió una mirada rápida e inquisitiva.
—Esperenme aquí, Harry y Venus —le indicó—. Nuestro examen de los terrenos no se prolongará demasiado.
Salieron en silencio y cerraron la puerta. Al cabo de un minuto más o menos dejaron de oírse, procedentes del corredor de abajo, los secos golpes de la pata de palo de Moody. Venus miró a su alrededor.
—Hola, Fawkes —saludó.
Fawkes, el fénix del profesor Dumbledore, estaba posado en su percha de oro, al lado de la puerta. Era del tamaño de un cisne, con un magnífico plumaje dorado y escarlata. Lo saludó agitando en el aire su larga cola y mirándolo con ojos entornados y tiernos.
