xxv. the anti-athena

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▓▓▓▓▓ ┇XL PIPER. XLI LEO. XLII LEO.

omniscient narrator

Piper se despertó ante una mesa en la terraza de un café.

Por un instante creyó que seguía soñando. Era una mañana soleada. El aire era fresco, pero no desagradable para sentarse fuera. En las otras mesas, una mezcla de ciclistas, hombres de negocios y universitarios charlaban y bebían café.

Olía a eucaliptos. Muchos peatones pasaban por delante de pequeñas tiendas pintorescas. La calle estaba bordeada de callistemones y azaleas en flor, como si el invierno fuera un concepto extraño.

En otras palabras, estaba en California.

Sus amigos estaban sentados en sillas a su alrededor: todos con las manos dobladas tranquilamente sobre el pecho, dormitando plácidamente. Y todos llevaban ropa nueva. Piper miró su atuendo y dejó escapar un grito ahogado.

—¡Madre mía!

Gritó más alto de lo que pretendía. Jason se sobresaltó y golpeó la mesa con las rodillas, y todos se despertaron.

—¿Qué pasa? —preguntó Hedge—. ¿Contra quién hay que luchar? ¿Dónde?

—¡Me caigo! —Leo se agarró a la mesa—. No…, no me caigo. ¿Dónde estamos?

Jason parpadeó, tratando de orientarse. Se centró en Piper y emitió un pequeño sonido ahogado.

—¿Qué llevas puesto?

Piper debió de ruborizarse. Llevaba el vestido color turquesa que había visto en el sueño, con unas mallas negras y unas botas de piel del mismo color. Tenía puesta su pulsera de plata favorita, aunque la había dejado en su casa de Los Ángeles, y el viejo forro polar de su padre, que combinaba sorprendentemente bien con el conjunto. Desenvainó a Katoptris y, al evaluar su reflejo en la hoja de la daga, comprobó que también tenía el pelo arreglado.

—No es nada —dijo—. Es mi… —Recordó que Afrodita le había advertido que no dijera que habían hablado—. No es nada.

Leo sonrió.

—Afrodita contrataca, ¿eh? Vas a ser la guerrera mejor vestida de la ciudad, reina de la belleza.

—Oye, Leo —Jason le dio un codazo en el brazo—. ¿Tú te has visto últimamente?

—¿Qué…? Oh.

A todos les habían hecho un lavado de cara. Leo llevaba unos pantalones de raya diplomática, unos zapatos de piel negros, una camisa blanca de cuello Mao con tirantes, su cinturón portaherramientas, unas gafas de sol Ray-Ban y un sombrero de copa baja.

—Dioses, Leo —Piper procuró no reírse—. Creo que mi padre llevaba lo mismo en su último estreno, menos el cinturón.

—¡Cállate!

—Te ves bien, llamitas —dijo Venus mientras se tapaba.

—A mí me parece que está bien —dijo el entrenador Hedge—. Claro que yo estoy mejor.

El sátiro parecía una pesadilla de tonos pastel. Afrodita le había dado un traje holgado de color amarillo canario con zapatos de dos tonos que le encajaban en las pezuñas. Llevaba un sombrero de ala ancha amarillo a juego, una camisa de color rosa, una corbata azul celeste y un clavel azul en el hojal, que Hedge olió y acto seguido se comió.

—Bueno —dijo Jason—, por lo menos tu madre me ha pasado por alto.

Piper sabía que eso no era del todo cierto. Al mirarlo, el corazón le bailó claqué. Jason iba vestido de forma sencilla con unos vaqueros y una camiseta morada limpia, como la que llevaba en el Gran Cañón. Llevaba puestas unas zapatillas de deporte nuevas y tenía el pelo recién cortado. Sus ojos eran del color del cielo. El mensaje de Afrodita era claro: este no necesita mejora.

¹ 𝑈𝑁𝑇𝐼𝐿 𝑇𝐻𝐸 𝐸𝑁𝐷 ❪ hp x pjo ❫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora