[ El Espacio Blanco ]

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En la mesa se encontraban ambos padres del violinista y la pianista. Una mirada seria y con ciertas dudas de la decisión tomada eran presentes ante los hijos quienes no sabían qué ocurría y del por qué fueron llamados allí tan temprano. El padre suspiró con cansancio.

- Chicos, se que esto puede sonar duro y quizás deje algún que otro... Problema, pero con su madre hemos decidido... La peor opción posible. Sunny, Mari, vamos a divorciarnos -.

La sola palabra "divorcio" provocó que la alegría y felicidad de Mari decayera notablemente teniendo una expresión triste y ciertamente preocupada. Volteó a ver a Sunny notando que no mostraba nada por fuera, un rasgo completamente normal de parte de su hermano pero por dentro sabía que se estaba derrumbando como una casa de naipes.

- Por decisión de la jueza quién es la que determinó con cuál de nosotros se van a quedar, Mari, tú vendrás conmigo a Washington D.C, tengo una amiga quien nos puede dejar vivir en su apartamento hasta que encuentre un trabajo allí... Salimos mañana, de mientras empaca tus cosas -. Explicó su madre ligeramente triste por separar a el dúo de hermanos

- ¿Y no puede venir Sunny con nosotros, mamá? Quiero decir... El me necesita también -. Expresó Mari preocupada por su hermano al cuál le tenía bastante cariño.

- Mari, por favor, el ya tiene una edad, puede vivir sin tí y sin esas molestias de afuera -. Desagradable, esa palabra era con la cuál describía Sunny a su padre.

Mari se levantó molesta por como se había referido a sus amigos como sim, iba a reclamar pero su madre se lo impidió con solo negar con la cabeza. Esta, a regañadientes, se sentó nuevamente con los brazos cruzados.

- Como sea, Sunny, te quedarás conmigo así que vete a tu cuarto... Ahora -. Con un desagrado interno hacia Sunny ordenó su padre a el jóven.

Sunny, sin rechistar y sin mostrar ninguna emoción contraria a la orden de su padre, se levantó de la mesa y se dirigió a su cuarto ubicada en el segundo piso dejando que los mayores continuaran con su discusión con ciertos gritos y golpes a la mesa. Aunque Sunny no mostrara tristeza, odio o felicidad, estaba internamente destrozado. No es alguien quién sienta o demuestre alguna emoción que no sea una neutralidad imposible de cambiar.

Su cama cómoda se veía bastante tentadora para dormir. Se acostó en ella mirando al techo desteñido con su mente llena de líos, había terminado el recital de manera perfecta como ellos querían y ahora se iban a separar por un tiempo indefinido y encima se tenía que quedar con su padre, la persona que lo odiaba de manera incondicional y sin ningún motivo.

Su cuerpo lleno de cansancio y con ganas de estar soñando para que esto hubiese sido solo una mala pesadilla, terminó por dormirse luego de unos minutos y encerrandose en su propia fantasía.

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Tienes miedo, no quieres dejarla ir.

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- Hikikomori -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora