- Hikikomori -

[ Madre ]

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La acción de fumar puede traer muchas consecuencias a las personas con su consumo excesivo. Hay varias, pero el cáncer de pulmón es de las más frecuentes a las cuáles es sometido el ser humano. Sin embargo, a Sunny no le importaba nada de eso, nada tenía sentido para él actualmente. Despertar, fumar, ir a la universidad, estresarse y regresar sin la cálida bienvenida que siempre espera que le ilumine su día... Era un ciclo monótono y aburrido.

Las gotas de lluvia empaparon con fervor su ventana que daba dirrección a la calle, tan transitada por los vehículos con esos llamativos colores rojo y diseños tan descoloridos que daban un toque. Giró su cuello el cuál trono ligeramente. Miró la hora y era relativamente temprano, lo cuál lo hizo sentirse más aburrido de lo usual. Acostumbraba a levantarse a las 5 o 6 de la tarde, pero no esperaba que a las 1 de la tarde. Odiaba los truenos ahora mismo.

Su cabello tan desordenado y largo lo molestaba frecuentemente y empezaba a ser una molestia notable en su día a día. Era confundido ocasionalmente con una mujer cuando estaba de espaldas y lo llamaban afeminado. No le podía importar menos esos comentarios; dejaron de importar cuando su soporte se derrumbó junto a esa calidez tan característica que la adornaba.

Sacudió la cabeza alejando las malas vibras y pensamientos. Se levantó de su cama encorvado hacia adelante un poco. Como si fuera costumbre, movió su cuerpo adecuadamente escuchándose el crujir agudo de sus huesos, lo cuál llevó una reacción ciertamente de satisfacción recorrer infinitamente su cuerpo aliviando el estrés y la incomodidad de su tan delgado y pálido cuerpo de muerto viviente.

Se aseguró de no pisar algún juguete o algunas cosas que hicieran daño a su pie. Tenía que ser cuidadoso a veces, aunque ahora no llegaba a recordar cuando él limpió su habitación pero tenía que limpiarla un día de estos... En serio, le hacía falta a su habitación en ese estado tan lamentable y deplorable. Estaba al nivel de una persona que colecciona basura y no la tira por ser considerada un "tesoro". Se sentía inútil en su situación actual.

Finalmente, el gran responsable de madera robusta estaba ahí; capaz de cerrar caminos a diferentes salas. Acercó su pálida mano y abrió la puerta girando ciertamente lento la perilla de la puerta. Una oleada de luz cegadora lo hizo retroceder unos pasos. Parecía como si un reflector te diese justo en los ojos al estar malditamente mal posicionada. Se cubrió un poco con su brazo, tan pequeño como un palo y pálido como un fantasma.

La sala de estar estaba ciertamente iluminada con esas lámparas de mesa y unas cuantas velas ya consumidas por la ola de calor infernal que se prendió en ellas, no siendo más que un desastre que se derritió. Ayer se había ido la luz, pero tuvo que haber vuelto en la tan gélida e inospita noche. Rápidamente y sin querer gastar más luz de la que ya gastaba, se dispuso a apagar la mayoría de luces potencialmente fuertes para su piel. De vez en cuando, podía sentir el ardor y picor de su piel escalar entre sus nervios al sentir que se estaba rostizando ahí dentro.

Ya con las molestas fuentes de luz fuera del camino y mejorando su vista, miró a su alrededor... Se sentía solitario, muy solitario. Le gustaba el silencio y como todo se quedaba callado a sus alrededores llegando a calmar a su corazón quien bailaba entre tanta calma conjunta. Sin embargo, había algo que también le gustaría tener en esos precisos momentos... Compañía. No cualquier, le gustaría estar con sus amigos nuevamente, ahí, en la alfombra tan suave y áspera, jugando y hablando de su día a día...