[ Futura Boda ]

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[ 13 de Noviembre de 2004 ].
[ 8 años después ]

El gotear de las pequeñas gotas de lluvia impactar en el asfalto y ligeros truenos a la distancia despertó a cierta chica. Estaba irritada con los temas finales de la universidad y también los truenos. Odiaba los truenos tanto como su alma podía permitirse tanto odio acumulado dentro de sí. Gruñendo con cierta frustración al ser despertada, miró por la ventana de su habitación. Nubes grisáceas tapaban el hermoso sol y el resplandeciente cielo azul que tanto veía y se perdía en él.

Miró al reloj en la pared notando que era relativamente temprano; las 11:29 de la mañana para ser exactos. Hoy no tenía universidad, así que la preocupación no culminó en todo su ser y provocar un ataque de nervios por llegar tarde. Bajó la vista y sus ojos se encendieron en nervios al ver una carta en el suelo reposando en el fresco lugar de su habitación. Debería haber sido una nota de su madre, hace tiempo que no sabía de ella...

Arrastrando los pies se levantó de la cama y ciertamente con cansancio. Su cabello rosado chicle se posaba por sus hombros de manera desordenada. Sí, se había prometido dejar de teñirse el cabello, pero Mari la convenció de alguna manera que ya no recordaba y tampoco necesitaba hacerlo. Lo único que podía suponer era la palabra "apuesta" salir de su boca y, al próximo día, ya había vuelto con ese cabello chicloso que podría estar mordiendo y mascando sin darse cuenta.

Su diadema seguía intacta aún con los años y, aunque parecía un tanto desteñido, estaba en buenas condiciones para seguir siendo usada por lo que no había caso tirarlas por una decoloración simplona. Su cuerpo se estremeció ligeramente al sentir el frío suelo entrar en contacto con su cálida piel. Ese frío recorriendo como un chispaso por todo su casi desnudo cuerpo la hizo dar un escalofrío evidente en su mirada.

Su vista se torció hacia sus pantuflas confiables las cuáles, por obvias razones, se colocó y se dispuso a recoger la carta con desgano. Su vista se adaptó mejor al sobre del papel siendo un llamativo color magenta bastante fuerte. Resopló ciertamente alto, mientras tomaba su clásico abrigo al igual que un pantalón más largo que el short el cuál estaba portando actualmente.

Ya saliendo de su cuarto, se dirigió hacia la sala de estar la cuál estaba iluminada por una tenue luz y era ambientada con el sonido bajo de la televisión. Asomándose por la entrada de la sala de estar, pudo divisar cierta cabellera rubia y un moreno viendo la televisión ciertamente emocionados. No había nada raro en ellos, si no fuera porque... ¡Estaban vestidos con camisetas de SpaceBoy junto a unas gorras de la misma marca! Se sentía ciertamente traicionada... ¡No la despertaron y tampoco la invitaron a ver una maratón de SpaceBoy!

— ¡Yahoooooo~! —. El moreno sonrió con entusiasmo mientras una explosión había en la pantalla mediana.

Ciertamente tenía cierto cambio notable; su cabello había crecido y llegó a la altura de los hombros la cuál ató a una cola de caballo quedando, bajo sus mismas palabras, "cool". En cuanto a su tamaño... ¡Cielos, no paraba de crecer! Era una bestia. Media 1.89, casi estaba por llegar a los 2 metros sin exageración alguna. Su físico era ciertamente bueno, pero no era algo exagerado. Se marcaban ligeramente en sus brazos y torso. Seguía vistiendo cualquier traje deportivo. Se podía ver claramente debajo de la camisa de SpaceBoy que tenía su conjunto clásico junto a la gorra que tapaba ciertamente su cabello.

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