[ Sentimiento ]

424 33 4
                                    

.

.

.

.

Una luz cegadora nubló tu vista considerablemente. Solo puedes ver el resplandeciente blanco posarse fuertemente en tus globos oculares. Curiosamente, ese brillo no te da ninguna molestia, dolor o incomodidad... Sinceramente, ese calor que emanaba la luz por lo poderosa que era te hacía sentir cálido ahí mismo donde estabas. Al sentir que ya no había más ese cegador destello, abriste los ojos encontrándote en un lugar que ya habías visto antes...

— Aquí es donde estarían los chicos. Tú lo recuerdas muy bien, ¿no? —. Preguntó Omori siendo respondido por un asentimiento con su cabeza.

Obviamente que lo recordabas como la palma de su mano. Todo lo que viviste en el mundo de los sueños fué mediante la vista de Omori por lo cuál, técnicamente, viviste todo lo que ocurría en este lugar. La pregunta te pareció un poco rara ya que, si Omori era tu subconsciente, tendría que saberlo. No le tomaste más importancia que esa, y subieron por las escaleras siendo seguidos por la mirada del gran gato amarillo.

— ¿Vas a salir, Omori? Ten tu mesada —. Una serpiente habló con su contraparte y le dió almejas. Sí, almejas. No recordaba por qué usó las almejas como moneda.

Y luego, sentiste esa luz que habías presenciado junto al mismo calor del cuál te hacía sentir conforme con todo. Del tocón de un árbol ya cortado salieron arrastrándose por el llamativo césped del lugar... Ahora que lo recordabas, no tenías idea del por qué hiciste que hubiese un tocón como salida; originalmente pensabas fervientemente en la casa del árbol que tenían... Sin embargo, parecía que alguien la cortó.

— Soñador, sígame —. Sin darle importancia alrededor, solo caminó al frente sin miedo.

Lo seguiste tratando de mantenerle el paso al haber estado pensando tanto en ese detalle. Los árboles se iban meciendo con el frío viento del lugar imaginario. Miraste al cielo notando las maravillosas constelaciones que adornaban el mismo. Todas tenían curiosas formas que no recordabas o no les dabas un significado completo... Era extraño de todos modos. Tu creaste esto, así que tendrías que saber por qué hiciste esas formas.

— Todas parecen ser... Manos apretando algo —.

Te sentiste incómodo al notar la diversidad de manos con bordes rojos tomar algo con fuerza dejando una marca en ellas. Agitaste la cabeza para centrar nuevamente la vista en Omori quien seguía con la caminata normalmente sin percatarse de tu curiosidad latente por el lugar que creaste... ¿Acaso olvidaste todo lo que creaste en todo ese tiempo...? Tenía sentido para tí.

Finalmente, y luego de tanta caminata tratando de alcanzar a Omori, llegaron a el final del bosque... Un parque bastante bonito adornado por demasiadas cosas y... Personas. No son reales obviamente, pero era gente a fin de cuentas.

— ¿Yo... Creé esto? —. No sabía como sentirse... Era raro.

— Soñador, tú creaste todo lo que se conoce en este mundo de escapismo personal... Creaste este lugar mediante tu mentalidad pesimista y llena de pensamientos para escapar de lo real... —.

- Hikikomori -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora