[ Adiós ]

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Tus lágrimas empapan parte de la ropa de tu contraparte sin color y la pálida piel del mismo. Si se veía fijamente, podría jurarse que era un lienzo en blanco en el cuál podrías pintar en él. Omori dejó de sonreír luego de unos momentos y se separó de tí, mientras limpiaba las gotas saladas que de escurrían por tu cara y desplazaban por esta. Crees que no mereces darte una oportunidad a tí mismo para pasar a la siguiente página.

Tu contraparte solo se quedó mirandote fijamente para luego cerrar los ojos. Ahora que lo notas, todo a tu alrededor pasó a ser un colorido mundo lleno de invención e imaginación a un llano, infinito y profundo azabache. Toda esa "vida" que habías creado la hiciste esfumarse con el simple pensamiento de deshacer el trauma ya potenciado en demasía por esas palabras. Te sientes como alguien egoísta y maldita.

— Sunny, no se preocupe, este lugar no es real... No mató a nadie —. Quisiste razonar, pero la simple idea de haber matado a más gente y peor, niños, te hacía temblar de miedo.

Con un nudo formado en la garganta al recordar cómo fragmentaste como aquél cristal en tu cuarto, te separaste inmediatamente de Omori al temer porque a él le pasase algo similar. Caiste al suelo con tu parte trasera golpeando de manera fuerte la misma. No dolía en lo absoluto, pero aún así sentiste el golpe retumbar en tus frágiles huesos. Reiteras que no dolió.

La terquedad tenía que ser algo con lo que naciste o más bien, tenía que ser la influencia de Mari con las cosas que le negaban y las personas . Quizás aprendiste demasiado de ella y te influenciaste mucho con tu familia adoptiva... Ahora que lo recordabas, si ella no era tu verdadera madre, entonces tu madre biológica tendría que estar por algún lado..., una nueva meta aparece en tu mente buscando respuestas. Quizás la curiosidad no ha sido tu fiel acompañante o tu mayor suerte, pero sientes que es correcto visitarla en algún momento...

— O-Omori..., sé que somos la misma persona pero..., ¿por qué no sentiste nada cuando los eliminé? N-Nosotros acaso... ¿Acaso no sentimos nada por matar? —. La pregunta parecía la más tonta del mundo, pero para Sunny era de su principal importancia ahora mismo.

— Sunny... Yo no fuí creado con el propósito de sentir. Mi único sentido es guiarlo en su camino y no dejar que se desvíe —. No parecía mentir bajo sus palabras.

— ¿E-Entonces por qué lloraste...? Eso no tiene ningún sentido... E-Eso fué demasiado repentino... —. No entendía del todo por qué ocurrió eso.

— Es algo simple de contestar, Sunny. Usted sentía tristeza y decidí adoptarla... Quería demostrarle que usted no está solo... Confíe en mí, soñador... No, más bien, confíe en usted mismo —. No era alguien profesional para ayudar, pero eso bastaba.

La respuesta no te despejó del todo de tus dudas ya que solo incorporó más a tu lista. Igualmente, eso te ayudó un poco en tu autoestima y sentiste que era un buen gesto para tí mismo a darte confianza. Te levantaste del suelo aún con el golpe en tu parte trasera. Miraste a Omori para dejar de preguntar sobre temas secundarios. Tus ojos con cierto rojo en las mismas por las lágrimas generadas.

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