- Hikikomori -

[ Omori ]

.

.

.

.

[ Días atrás... ].

Mari se sentía muy conmocionada, no podía simplemente no preocuparse y llorar al ver el estado de su hermano. Sin su ojo izquierdo debido a una herida de bala que penetró profundamente la misma. Ella no era alguien creyente en Dios o el catolicismo en general, pero, por esta ocasión, rezó para que su hermano pudiera salir adelante con su vida y no pasar nuevamente algún episodio tan malo.

— D-Doctor..., está estable, ¿no? —. Basil preguntó de manera quebradiza preocupado por su amigo.

— Sí, por suerte lo está... Su ojo, por otro lado... —. Miró a la camilla con cierta mueca de tristeza e impotencia.

— ... —. Aubrey se quedó solamente en silencio presenciando ahora a el chico que robó su primer beso en una camilla. Pensaba que era su culpa, se culpaba por haberlo dejado solo...

Hero se acercó a Mari y colocó su mano en el hombro de esta para luego abrazarla. Ella, con impotencia, se desahogó en su hombro manchando el traje con el salado líquido que salían de sus ojos. La situación era muy complicada y delicada actualmente y nadie se dignaba a hablar o aligerar la situación... Justo cuando se veía una gran mejora en él, estaba nuevamente en la camilla descansando de otro episodio doloroso en su vida.

Emily Suzuki estaba devastada al haber escuchado la triste y dolorosa notícia por parte de Polly. Ahora mismo, se encontraba lavando sus manos en la fresca agua del lavabo. Levantó la vista y se vió a sí misma en el espejo; no era la mejor madre y eso lo sabía perfectamente, pero sabía de alguien que quizás le gustaría ver a Sunny... Agitó su cabeza para dejar de pensar en eso, ahora no era el momento y no quería dejarlo peor emocionalmente. Aún así, lavó su cara con el frío líquido para tratar de mantenerse despierta un poco más...

Ahora que ella lo pensaba a fondo, Mari no sabía de María y los chicos tampoco lo sabían. El momento era muy complicado para contarlo, pero creía que era lo correcto decirles sobre un secreto tan oculto dentro de ella. Suspiró pesadamente y esperaba que se lo tomaran mejor de lo que se lo tomaría Sunny si lo escuchaba. Eran mayores y podían entender ciertas situaciones, así que no había problema ninguno para contar aquel secreto.

.

.

.

.

— Sunny, por favor, recupérate —. Mari era una de las más preocupadas por su hermano pequeño. No dejaba de sollozar al notar ese estado.

— ... E-Estará bien, es Sunny del que estamos hablando... Estará bien, tiene que estarlo... Tiene que... —. Agarrando un poco de valor, Aubrey habló mientras tomaba ligeramente la mano de Sunny con una mirada cristalizada.

— ¡Es verdad! Sunny... Sunny es alguien muy resistente, dudo que algo como eso lo detenga por mucho tiempo... —. Tratando de animar un poco el ánimo, Kel comentó. No funcionó del todo.