[ La vida sigue ] - Final

398 29 9
                                    

[ Buenas, aquí - Beru -. La historia llega a su conclusión en este capítulo, donde se une el "Epílogo" y el "Capítulo Final" ].

[ ¡Gracias a todos de corazón por haber leído esta historia! ¡Los adoro de todo corazón! ].

[ Luces. Camara. Acción ].

.

.

.

.

HeadSpace ha sido tu recurso de escape por mucho tiempo. Luego de que se reconstruyera, no sabes el propósito de esto.

Omori no está. Las versiones del HeadSpace de tus compañeros no están. Las criaturas no están.

Solo estás tú y esa figura que te juzga por tus pecados. Esos ojos inyectados en adrenalina y de un rojo carmesí miran en tu alma, congelando tu corazón.

Estás sentado en el lugar del picnic, recordando algunos momentos cuando controlabas a Omori en tus sueños.

La figura se queda quieta. Está mirandote parada allí, en su lugar y sin dejar de observarte. Un escalofrío constante viene a tu cuerpo al sentir esa penetrante mirada muerta.

— ... ¿Por qué no puedes dejarme solo? —. La voz de Sunny se quebró ligeramente. Tenía miedo.

La pregunta no es respondida para nada. Solo está quieta sin quitarte la vista de encima; parece una estatua.

Ya no sabes que hacer con él.

Te levantas del lugar del picnic y empiezas a caminar para perderlo de vista y no verlo. Solo con su escalofriante y su siniestro temple, el ser te hace sudar fríamente.

No te deja en paz y te sigue sin parar. Es como ser un perro y tener una garrapata pegada en el cuerpo la cuál te arrebata la sangre y no puedes seguir. Él te arrebata la vida, el sueño y tu ganas de disfrutar la vida.

Esos ojos, inyectados en ese líquido rojizo el cuál recuerdas por todo el dolor que pasaste durante tanto tiempo te hostigan por tus actos.

Ojos aparecen por todas partes, obversandote sin descanso.

Tu único pecado trepa por todo tu cuerpo tan pálido y sientes escalofríos.

Tus piernas se tambaleaban y la respiración y el aire se te escapan de tus pulmones. Con un ataque de pánico, te derrumbas en el suelo y te tomas la cabeza, sintiendo voces por todo el lugar y entre los árboles cuestionandote.

Hiperventilas.

.

.

.

.

- Hikikomori -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora