[ Despedida ]

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Empacando la última maleta en la cajuela del auto, Mari se giró para ver al grupo con el que tanto había formado buenos momentos en el poblado. Sonriendo de manera nostálgica y comprensiva por las caras largas de tristeza colectiva de los chicos, se acercó a ellos.

- Vamos chicos, sonrían, no es como que me haya muerto para que estén así de tristes -. Bromeó levemente mientras se acercaba a el grupo de los más pequeños - No me olviden, pero tampoco piensen en exceso en mí, no quiero que se vuelvan gente que disfruta del pasado y no del presente. ¡Disfruten del presente! -. Expresó con una sonrisa como solo ella podía dar.

- Pero eso no quita el hecho de que te vamos a extrañar... -. Un tanto decaído, Hero dijo con una ligera sonrisa mientras de acercaba un poco a ella - Espero que puedas llamarnos desde allí, ya sabes, para no estar tan aburridos o, por lo menos, saber de tí -.

- Awww, Hero ya parece una madre, por eso Kel dice que eres una segunda mamá -. Sonreía de manera cálida a su vez que reía, lo que provocó una ligera reacción nerviosa del otro mayor del grupo.

- Jajaja, puede ser, me preocupo como todos aquí -.

Aubrey se acercó a Mari para jalar levemente su falda ligeramente conmocionada como los demás menores del grupo.

- Mari... ¿Cuándo nos teñiremos el pelo? -. Ligeramente triste preguntó la segunda chica del grupo.

- Bueno, no sé cuando vuelva, pero... Puede que lo hagamos cuando venga de visita -. Trató de levantar los ánimos de la menor aunque sea solo por un poco, cosa que logró a medias.

Un poco tímido, Basil se acercó a Mari mientras le extendía una libreta bastante bien decorada. Extrañada y curiosa, Mari la tomó con delicadeza y la abrió, para sonreír de manera nostálgica. Era un álbum de fotos donde estaban la mayoría de momentos de Mari con el grupo.

- C... Creo que estará mejor contigo por ahora, Mari -.

- Basil... Te lo agradezco, lo atesoraré con mi vida -. Con su única mano disponible se dispuso a acariciar su cabeza como si fuese un niño pequeño, cosa que a Basil lo puso entre avergonzado y feliz.

Antes de seguir con su melancólica despedida hacia la otra chica mayor del grupo, el claxon del auto de la madre de ambos chicos sonó con fuerza dando la señal para retirarse, provocando una ligera mueca de molestia, prácticamente no le estaban dando nada de tiempo para despedirse adecuadamente de todos.

- Bien, esa es la señal... Hero, cuídalos bien. Kel, no hagas locuras. Aubrey, sigue siendo así de tierna y golpea a Kel si se descontrola. Basil, tú... No cambies, estás bien así. Sunny... Sonríe más, de seguro que alguna cae ante tus encantos. ¡Mira conmigo, eso funcionó! -. Sonreía como solo ella sabía hacer levantando el humor y ánimo de los chicos. Sunny no entendió del todo ese mensaje, tenía 12 años y no sabía mucho de esas cosas... Caso contrario al de Hero quien solo pudo ruborizarse ante eso y un poco de Aubrey, quien solo sonrió ampliamente.

Dirigiéndose a el auto y abriendo la puerta del mismo, se giró mirando a el grupo que la acompañó durante tanto tiempo a ella y a Sunny. Sonrió y saludó despidiéndose siendo correspondido casi al instante. Entrando a el vehículo, cerró la puerta y... Todo se empezó a mover por la ventana, alejándose del pueblo donde se crió y vivió buenas experiencias toda su vida. Esos momentos se van en un abrir y cerrar de ojos.

Todo parecerá una despedida momentánea con todos felices... Excepto por cierto chico y su padre, quien parecía feliz por fuera por alguna extraña razón.

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