[ Oscuro ]

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[ Pesadilla ]

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Ahí estaba tú, encima de un escenario, portando tu tan icónico e inseparable violín; no había nadie viéndote, lo cuál te ponía triste y te quitaba los nervios al no tener que tocar frente a una gran cantidad de gente desconocida. Colocas el violín para tocarlo y tus oídos se inundan con una hermosa melodía retumbando en el oscuro e infinito vacío del lugar.

Tocas y no paras de tocar, como si tu vida se dedicase solamente a eso... Después de todo, tocar un instrumento tan complicado como ese es tu único fuerte y atractivo; fuera de eso, no tienes nada destacable lo cuál te baja la moral. Tu canción, antes adornada con una bella melodía digna de tocar en una orquesta de alto nivel, se va desafinando tornándose más y más insoportable con el pasar de los segundos.

Frustrado, dejas de tocar y miras tus manos; están manchadas con suciedad, signo de no habérselas lavado hace bastante tiempo... Miras hacia arriba y un espejo está flotando frente a tí, notando tu yo actual... Está lleno de heridas, suciedad y... Tristeza. Una tristeza y vacío que no se llena mientras más le metes a ese agujero, solo pide más y más, siendo un agujero imposible de tapar del todo.

Aplausos fuertes te desvían del espejo y te atemorizas... Tus ojos se contraen del miedo y das pasos atrás. Ahí, aplaudiendo, estaba el causante de tu sufrimiento... ¡Pero eran varios, viéndote con una sonrisa fingida ante un ser asqueroso y retorcido...! Tus piernas, por instinto, empiezan a correr hacia el infinito negro de el lugar, mientras dejas caer tu violín en el suelo partiendolo.

— ¿Qué ocurre, Sunny...? ¡Pensé que querías una audiencia! —.

Está detrás de ti. Tratas de gritar por ayuda, pero eres engullido por una infinidad de manos negras, las cuáles tienen un olor a sangre y alcohol. Tienes miedo, pero no puedes hacer nada. Sucumbes, asumiendo el destino, siendo retenido de tu libertad mental.

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Sunny se despertó alterado, con sudor bajando por su frente a mares mientras temblaba agresivamente; no tenía frío, tenía un miedo indescriptible pasmado en su piel, cara y alma... Se llevó una mano a la cabeza tratando de calmar sus temblores, pero no podía hacerlo, no quería verlo y no quería tenerlo ni cerca, el solo quería olvidar ese suceso... Pero tal pasado doloroso no se puede olvidar así de fácil, y menos Sunny, que aún era un niño...

Con miedo y ya calmado de sus temblores, bajó por las escaleras con miedo de encontrarse a su padre... Tenía tanto miedo, que los temblores que había logrado calmar, volvieron de manera agresiva con la simple idea de verlo nuevamente... Se asomó levemente y ahí estaba su madre, charlando con una persona en la puerta... Cabello rosado, eso era lo poco que lograba distinguir de aquella persona. Finalmente, la conversación terminó con su madre cerrando la puerta en la cara de la otra persona con cierta agresividad.

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