Amanece en La Ciudad de los Puentes. El ruido de las motos, de los automóviles y la gente despierta a sus desiertas calles.
Los niños pequeños acompañados de sus padres se dirigen hacia la escuela,dónde día a día intentan aprender nuevas materias.
Adolescentes agrupados por afinidad también van a su segunda casa. A los que viven lejos se les dificulta su llegada temprana.
Los adultos se encaminan a las paradas de autobuses. El trabajador de transporte los ayuda a embarcarse en los carros que paren.
Las personas jubiladas dedicadas a las compras diarias que ofertan en las bodegas, madrugan a marcar en las interminables colas.
En las viviendas se comienza a trabajar desde temprano.El temor constante de la falta del fluido eléctrico nos ha acostumbrado.
Durante el día hay un incesante movimiento. Andamos de aquí para allá como hormigas locas buscando el escaso alimento.
Nuestras calles se han tornado de distintos colores. La basura acumulada durante días por falta de combustible entristece al paisaje.
Los choferes en la mayoría de las vías pavimentadas se convierten en artistas, esquivando repetidamente los incontables agujeros a su paso.
Casas antiguas y monumentos, patrimonio de la ciudad están descuidados. Muchos en peligro de derrumbe por falta de mantenimiento.
El silencio ensordecedor de las actividades culturales planificadas y suspendidas hacen que la población se sumerja en la melancolía.
Así se encuentra mi desolada ciudad,cada día más envejecida. Luchando por sobrevivir, albergando la esperanza de un bello porvenir.
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La vida en versos.
PoesieMediante letras y vocablos se reflejan vivencias personales, de seres humanos que me rodean y de la naturaleza. Reflexiones, pequeños relatos a través de poemas, mi manera de ver al mundo.