Mi estómago en la noche conversa conmigo, mediante gases que delatan su vacío. Extraña los días antaño en que jugaba con los sentidos para transformar los alimentos escogidos a nutrientes.
Me dice con desgano que se ha convertido en un vago de la producción. El resto de los órganos pelean porque tienen que priorizar a los más importantes, todos quieren aportar a mi salud.
Calmada le digo que no se estrese, que duerma un poco mientras pueda, así tendrá más materia prima para laborar. Mi cerebro, el orgulloso, estalla de la rabia y me produce un malestar en mi cabeza.
Los vasos sanguíneos se estrechan voluntariamente en protesta, mi cuerpo desfallece. Al abrir mis ojos y recordar lo sucedido, me echo una cucharada de azúcar a mi boca. Las papilas gustativas sonríen.
Se entretiene durante varias horas la maquinaria perfecta en mi organismo. Logro conciliar el sueño, con varias pesadillas. Vuelvo al mundo real, se reflejan los primeros rayos del sol en mi ventana.
Los intestinos me levantan con su imparable movimiento de mi cama. Abro mi refri, que tortura, cómo logro engañar a los rebeldes componentes de mi cuerpo si no tengo comida para calmarlos.
Me baño rápidamente, me visto y salgo al exterior. La mañana estaba nublada, con un poco de viento y algo de frío. Camino varias cuadras, visualizo una pequeña cafetería ofertando sus servicios.
Los precios de los alimentos sobrepasaban el cielo, con gran sufrimiento me di por vencida. Tomé el último billete que me quedaba en mi bolso y compré lo más barato, para apaciguar la guerra interna.
Dura poco la paz, vuelve el mismo tormento. Ya no encuentro solución, los víveres en el mercado disminuyen cada día. Su valor crece de la noche a la mañana, los salarios no alcanzan para el sustento.
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La vida en versos.
PoetryMediante letras y vocablos se reflejan vivencias personales, de seres humanos que me rodean y de la naturaleza. Reflexiones, pequeños relatos a través de poemas, mi manera de ver al mundo.