La noche intensifica su negrura y con ella me dispongo a reposar serenamente en mi silencioso dormitorio. Caigo tendida, agotada, en el colchón que me invita a sentir su comodidad.
Por más que intento cerrar los ojos y lograr caer en un sueño profundo, no lo logro. Vuelan imágenes seguidas unas de otras, como un filme biográfico, de todo lo sucedido en el día que termina.
Acontecimientos felices entrelazados con momentos tristes que reflejan la cotidianidad. La lucha que no cesa contra los demonios que persisten en derribarme, recordándome que estoy viva.
Sangro por dentro y por fuera la piel se tensa, se eriza, sube un escalofrío desde el suelo hasta el techo que delimita mi espacio. Es mi guía, mi protector que viene a abrazarme, para calmarme y que repose.
El trance hipnótico de varios segundos me lleva a un paisaje donde cantan ruiseñores, en un bosque frondoso. Camino por un sendero, visualizo un riachuelo que que me conduce a una cascada.
Me quedo enternecida, ilusionada. La melodía del agua me seduce, como niña pequeña me dejo llevar, me recuesto en la tierra virgen de mi paraíso. Vuelvo a abrir mis ojos y para mi sorpresa, amaneció.
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La vida en versos.
PoesíaMediante letras y vocablos se reflejan vivencias personales, de seres humanos que me rodean y de la naturaleza. Reflexiones, pequeños relatos a través de poemas, mi manera de ver al mundo.