Admiro a la mujer luchadora, que se levanta cada día con la ilusión de que todo es posible, aunque su mundo se derrumbe lentamente a su alrededor.
La que se esfuerza con una sonrisa en los labios, transmitiendo confianza a sus seres amados, sin fortaleza en ocasiones sigue adelante, sabe que la vida es bella.
Comprende que cada obstáculo vencido es una lección, un motor impulsor camino a la felicidad. Sensación que no es eterna, sino de espacios cerrados.
Sigo los pasos de ella porque sé en lo más profundo de mi alma que es la única solución, levantarse, caer y volver a intentarlo, con una guerra interna de perseverancia.
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La vida en versos.
PoesíaMediante letras y vocablos se reflejan vivencias personales, de seres humanos que me rodean y de la naturaleza. Reflexiones, pequeños relatos a través de poemas, mi manera de ver al mundo.