Unión

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Cuando me pongo a pensar en las personas que alegran mis días, hace que la tristeza que azota mi cansado cuerpo se esconda entre la apatía y la aflicción, en lo más profundo de mi herido corazón.

Me vuelven las ansias de seguir batallando, subsistiendo a todo lo que me asfixia, las traiciones, las mentiras y la hipocresía. Fundiendo una dura e invencible coraza a los ojos malvados de mis agresores.

Soñadora incansable que aprendió que la miseria y el hambre cambian la personalidad de la mayoría, convirtiéndolas en aves de rapiña coleccionistas de envidia, corrupción e inmensas frustraciones.

Apagando lentamente en ocasiones la esperanza de que mi mundo cambiará,  retornando una mínima  felicidad que le otorgue a mis paisanos una segunda oportunidad de cambios de valores humanos.

Reconstruyendo nuestro entorno donde nos llevemos mejor, como solíamos hacer en un pasado lejano, donde conocidos y desconocidos se unían para afrontar las desgracias, la oscuridad sucumbía ante la luz.

















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