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Inseguridades significantes.


El día finalmente había llegado, la tan esperada gala de navidad se situaba en una mansión alquilada en las afueras de Tokyo con un hermoso y amplio jardín lleno de flores y espejos de agua, lugar del cual Leah aun se encontraba muy lejos, mirando un sinfín de vestidos frente suyo con una Mito a su lado la cual no dejaba de elogiar cada uno de ellos, la de cabello corto simplemente no se veía convencida, se sentía incomoda.

―Esta bien, dime que ocurre.

La pelirroja se posicionó frente a Leah, mirando a esta con el ceño fruncido y brazos cruzados, la de ojos azules se encontraba sentada en uno de los sofás de la tienda, con un rostro lleno de indiferencia.

―¿Cómo? ―Preguntó al salir del trance en el que estaba al observar los vestidos frente suyo.

―Te veo muy distraída, Leah, ¿Todo bien?  ―Mito se sentó a su lado.

―No siento que alguno de esos vestido me quede...

―Aun es temprano, podemos buscar algo más si es lo que quieres...

―Me siento incomoda viendo todo esto, Mito, ningún vestido se vería bien en mi.

―Todo lo que veo en esta tienda y en la de enfrente se vería precioso en ti. ―Dijo la pelirroja tomando una de sus manos.― ¿Desde cuando piensas así?

Leah desvió su mirada hasta el suelo, los últimos dos días, Tobirama había sido absorbido por el trabajo y por lo que entendió, cada segundo fuera de casa era para solucionar problemas con el evento, eso sólo quería decir que él estaba más tiempo con ella, una ligera inseguridad empezaba a crecer en la chica desde entonces, cosa que la hacía sentir mal, consideraba que él no había echo nada para hacerla sentir así, tan sólo pasó.

La de cabello corto ya había visto en fotos a la supuesta ayudante de su novio, la cual era rubia de ojos verdes y hermosa, esbelta y con un porte precioso, en su mente se odiaba por pensar en la bonita pareja que hacían y por la cantidad de tiempo que su novio compartía con ella, lo veía como una posibilidad. Nadie, ni siquiera Mito conocía aquello. Sus pensamientos estaban acabando con ella.

―¿Sabes qué? No me respondas. ―Dijo la de ojos grises al notar la falta de atención de su amiga.― Sé a donde iremos y te verás como una princesa, te lo prometo.

Así, la pelirroja tomó el brazo de Leah, jalando de esta desapareciendo a través de la puerta.

...

―Creo que princesa fue poco...

―Mito...

―¡Un hada! Eso eres, te ves preciosa

Leah se miró en el espejo, después de pasar dos horas seguidas buscando algo apropiado para ambas, la de cabello corto entre todas las opciones, se emocionó en seguida al ver un vestido color azul marino de escote discreto, este tenía un forro, siendo cubierto por completo con una tela ligera y transparente, este tenía mangas con la misma tela que cubría el forro que se extendían desde debajo de sus hombros hasta sus muñecas, se sentía cómoda, lo único ceñido era la cintura. Mientras tanto la pelirroja se había emocionado al ver un vestido gris entallado y largo, queriendo resaltar su cabello el cual sólo brillaba al desatarlo. Se encontraban en el departamento del novio de Leah.

―Me siento bien de haber encontrado algo...

―¡¿Qué?! ¡¿Cómo que falta una hora?! ―Exclamó la pelirroja, mirando el reloj de la pared.

Némesis | Madara Uchiha | Tobirama Senju |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora