Resignación.
―La veo muy cansada.
El Uchiha miró al castaño con reproche, sabía perfectamente a lo que se refería. Los días anteriores su consciencia no lo dejaba dormir, gracias a su hermano y a su mejor amigo entendió que aquello que estaba haciendo para recuperar a la mujer que amaba era malo para ella, tan sólo la dañaba, y eso era lo último que él quería.
―Ya no sé que hacer, Hashirama. ―Dijo Madara, quien observaba el suelo con arrepentimiento.― Yo en serio no quiero hacerle daño...
En su descanso, Madara invitó a Hashirama a su oficina a tomar un café en aquella tranquilidad, hablando de cosas banales y sin importancia, hasta que el castaño decidió abordar el tema, con la determinación de sacar a su mejor amigo de aquel mal vicio que le generaba la mujer que no podía estar con él.
―Creo que sabes lo que tienes que hacer... ―Respondió el Senju, dejando su vaso de café caliente sobre le mesa de estar.
―Pensarlo me da miedo. ―Dijo Madara, pasando sus manos por su rostro.
―¿Miedo? ¿A qué?
El Uchiha se alzó de hombros.
―Supongo que a perderla. ―Explicó girando su vista hasta el ventanal a su lado, apreciando el color del cielo despejado.― Es difícil verla... hacer todo lo que yo había soñado con ella junto a alguien más.
―¿Nunca intentaste conocer a otras mujeres? ¿Leah Sasaki siempre ha sido tu única opción?
―Tampoco fui un santo. ―Respondió Madara con una ligera risa.― Pero la realidad es que... aun cuando intenté sentir algo profundo por alguna... ―Pausó, repasando todos los recuerdos de Alemania por su mente.― Nunca fui capaz de hacerlo.
Hashirama se encontraba en una encrucijada, él no estaba dispuesto a tomar bando por su hermano o su mejor amigo, tan sólo se consideraba un espectador de aquella difícil situación, pero, ver a su amigo abrir su corazón frente a él de una manera sincera y llena de dolor lo conmovía. El Senju conocía a la perfección la situación entre su hermano y su cuñada, sus términos no eran los mejores en estos momentos, a diferencia del pasado donde la presencia de Madara no era un problema donde todo fluía con tranquilidad hasta su compromiso, ahora que el Uchiha había regresado, Leah se comportaba diferente, Tobirama no era tonto, él mismo le contó lo sucedido en el aeropuerto, hablando sobre como la mirada de ambos se encontraba en medio de una conexión indescriptible a sus palabras, incluso todas aquellas inseguridades que el menor sentía al tener a Madara cerca de su prometida.
―¿Cómo es que ella si logró sentir algo profundo por Tobirama? ―Se preguntó el Uchiha, sin despegar la vista del ventanal.
No lo creo. Pensó el Senju.
. . .
Después del corto descanso, nuevamente la sala de juntas se había llenado, todos en el lugar a excepción de Emiko se encontraban sentados discutiendo acerca de las nuevas propuestas por parte de la familia Sasaki, Hisoka intentaba con todas sus posibilidades convencer a los Senju quienes aun se encontraban reacios a las nueva ideas del pelinegro, quien ya no encontraba manera alguna de explicarse. Mientras tanto Leah se encontraba absorta en sus pensamientos ajena a lo que su hermano decía, ella lo sabía perfectamente, había trabajado en ello toda la noche, tan sólo Hashirama no cedía. Sin despegar su azul mirada de la mesa, sintiendo sobre ella la tensa mirada de Madara quien no intentaba disimularla, se removió en su asiento, jugando con el borde de su saco. El Uchiha mayor se encontraba recargado de ambos brazos sobre la mesa con manos en su barbilla, observando cada detalle de la chica casi frente suya, llamando la atención de Tobirama en el proceso.
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Némesis | Madara Uchiha | Tobirama Senju |
Fanfiction"Fijé mi vista en su hermosa sonrisa, para ser un hombre tan frío y serio; tenia una de las miradas más seductoras que había visto. ―¿Caíste?― Preguntó sobre mis labios, dejándome saborear ese dulce aliento a menta. Lancé una breve risa, ahora miran...