35. Nuestro primer viaje juntos

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A la mañana siguiente recibí un mensaje de Jacob.

Prepara la maleta con ropa de abrigo para unos tres días, en una hora paso a recogerte.

Dejé la tostada a un lado. ¿Qué estará tramando?

La curiosidad se apoderó de mí. Me levanté de la silla y empecé a preparar la maleta con ropa abrigada. Tras darme una larga ducha fui a la cocina y llené unos cuantos boles de comida y agua, para que Niobe pudiera estar sola estos días. También limpié su caja y le añadí arena nueva.

—Hola cariño —me senté en el suelo y la acaricié con lentitud. —Voy a irme unos días fuera. Te portarás bien, muy bien.

La gata empezó a ronronear y se tumbó en mis piernas. Aunque solo me iba a ir fuera tres días iba a echar de menos.

Los gatos tenían una habilidad especial para saber cuándo te sientes mal. Niobe lo es todo para mí.

Cuando mi móvil vibró lo saqué del bolsillo.

Jacob

Ya estoy abajo. ¿Quieres que suba a ayudarte?

Yo

No hace falta, solo tengo una pequeña maleta.

Jacob

Vale, aquí te espero ;)

Nada más salir del edificio, vi a Jacob esperándome apoyado en el coche.

Solamente está apoyado en un coche y es la persona más sexy que he visto en mi vida.

Me mordí el labio inconscientemente. Jacob levantó la mirada del teléfono y me sonrió.

—¿Estás lista?

—Sí, y un poco nerviosa —me acerqué y le di un beso en la mejilla.

—No estés nerviosa, vamos a pasárnoslo muy bien.

Jacob me dio un leve beso en la frente antes de dirigirse al maletero y guardar el equipaje.

—¿Dónde me llevas? —pregunté una vez estuvimos metidos en el coche.

—No empieces ya que queda una hora y media de viaje.

—Ay dios mío, no se si debería de haber aceptado tan fácilmente...

Jacob sonrió y sin apartar la vista de la carretera volvió a hablar.

—Habría conseguido convencerte. Relájate y disfruta del viaje.

—¿No vas a darme ni una sola pista? —negó con la cabeza.

—¿Puedo poner música?

—Claro.

Cogió el teléfono y me lo tendió.

—El pin es 4927.

Yo lo cogí sorprendida.

—¿Me vas a dar tu móvil así sin más?

—Sí.

—Pero ¿no te da cosa que mire dónde no debo?

—Adelante, hazlo. No me importa.

Desbloqueé el móvil y entré a la aplicación de música con una gran sonrisa cubriéndome los labios.

Pasamos el viaje entero escuchando música, de vez en cuando Jacob discutía conmigo sobre lo mala que eran algunas canciones.

—Vicky despierta, ya hemos llegado.

Acordes NevadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora