Capitulo 3: "huele a tormenta"

14 6 1
                                    


Cuando por fin llegue a casa me sorprendí cuando al entrar al apartamento el delicioso aroma de carne cocida inundo mis fosas nasales llevándome a casi de forma literal flotar por el pequeño corredor hasta llegar a la cocina para encontrar a mi tía preparando su guiso especial de carne molida ¡que tanto me encanta! entonces mi estómago rugió dándome un fuerte recordatorio de que no tuve la oportunidad de comer algún bocadillo del chef antes de venir a casa.

- Eso huele delicioso- aspire de nuevo el aroma de la deliciosa carne- ¿no quieres trabajar en el restaurant tía?-

Mi tía quien graciosamente llevaba puesta aun su ropa de trabajo resguardada detrás de un delantal purpura con la palabra "lucky" plasmada en letras grandes, se giró para verme y reírse de lo que dije, es divertido verla en su modo "ama de casa" con su cabello atado en un desordenado moño y sus pantuflas a juego con su delantal.

- Cuando me canse de ser la secretaria del señor Hanson prometo pensar en tu propuesta- me respondió entre risas- ¿Qué tal tu día cielo?-

- Todo bien. . . como siempre- dije mientras dejaba mi bolso encima del mesón- ¿y tú que tal?-

Esa simple pregunta basto para que mi tía suspirara pesadamente y comenzara a contarme cuan fastidioso había sido pasar todo el día detrás de su jefe quien al parecer hoy había estado aún más fastidioso que nunca, también me conto que en una de las oficinas que pertenece a su jefe fue atacado por unos vándalos que dejaron todo hecho un desastre ¡total horror! Y que ella se había encargado de contactarse con una de las mejores empresas de seguridad de todo el país cuyo jefe también era un total grosero y mal hablado ¡que había sido una suerte que hoy había estado de buenas! y que al menos la recibió en su oficina, yo escuchaba atenta todo su relato sentada desde uno de los taburetes de la isla de la cocina mientras la veía cortar vegetales molesta e incluso había momentos en los que se detenía solo para apuntarme con el cuchillo y decir "¿puedes creerlo?" para yo simplemente responderle un "¡no puedo creerlo! ¡Qué patán!" de forma exagerada.

- Lo vez cariño por eso es importante que sepas escoger bien los lugares donde vas a trabajar- dijo mientras vigilaba el agua para los espaguetis- no solo debes fijarte en la paga si no también...

- En el ambiente de trabajo- la interrumpí rodando mis ojos- si ya lo sé tía.

Mi tía se giró para verme de nuevo y fulminarme con aquellos ojos color café claros moteados con verde, yo simplemente alce una ceja con cara de "dah" al full estilo de Billie Ellish solo para ganarme que se acercara y me diera un pequeño golpecito con su dedo medio justo en el centro de ambas cejas.

- ¡auch!- exclame mientras me sobaba con una mano- eso cruel señorita Amelia- dije con sarcasmo.

- Bueno no tienes por qué comportarte de esa manera cuando ¡tú pobre tía te cuenta sus tragedias!- replico- ve preparando la mesa ¿sí?-

Sin más obedecí mientras ella servía ambos platos llenos de su deliciosa comida, a pesar de que trate de que no me bombardeara con las típicas preguntas de ¿Qué tal la escuela hoy? ¿Cómo te fue en el trabajo hoy? Al final mientras cenábamos termine contándole todo lo que me había pasado durante el día y de mi experiencia con ese tipo de traje color azul oscuro quien se había quedado pasmado al verme, le pregunte que si era algún conocido de ella pero negó de inmediato diciendo que no conocía nadie con la descripción que yo le había dado lo cual me hizo temer que mi suposición fuera cierta. . . ¡ese hombre quizás sea un pervertido con un extraño fetiche por recepcionistas! También mi tía volvió a sacar a flote el tema de que no está muy de acuerdo con que yo trabaje y que debo tener cuidado y bla, bla, bla...

- Si, ya, tendré cuidado tía- murmure incomoda- ¿vez? Le quitas la paz a la hora de cenar

- ¡¿ah?!- exclamo mi tía ofendida- ¡pues disculpa si me preocupo por ti! Pequeña grosera...-murmuro molesta.

Ambas nos quedamos en silencio por un momento para luego echarnos a reír como locas por como estábamos actuando, porque ambas sabemos que por más que no queramos lamentablemente nos acostumbramos toda una vida a tratarnos así y con tal de que no ofendamos a la otra de verdad todo estará bien.

Al día siguiente luego de preparar todo para comenzar un nuevo día al terminar de desenredar mi cabello me dispuse a cerrar la ventana de mi habitación y de pronto percibí el ligero aroma de lluvia en la brisa fresca de la mañana, es algo curioso pero cada vez que ese aroma llega a mi nariz de inmediato sé que va a llover y a pesar de que todo se veía soleado.

- Ten tía- le entregue un paraguas plegable a mi tía- creo. . . ¡si hoy lloverá!-

- Cariño esta soleado- repuso ella mirándome con incredulidad- no voy a llevar algo innecesario...

- Y yo te apuesto una libra a que hoy llueve a cantaros- replique de nuevo mirándola con la misma expresión escéptica en mi rostro- llévalo- dije tajante.

Ambas entornamos los ojos observando fijamente a la otra en una batalla miradas como por diez minutos hasta que Amelia West se rindió, luego de eso prometió llamarme en caso de que lloviera para decirme que tenía razón o no ¡pero que no pagaría nada!

Tiempo después Peter apareció a la puerta de mi apartamento solo para ir de compras ya que veríamos una maratón de series animadas clásica, por lo que decidimos comprar algunas frituras, palomitas de maíz y bebidas así que mientras caminábamos hacia el súper más cercano hablamos de su nuevo tema favorito "Lea".

"Lea esto" "lea aquello" siendo sincera ya empezaba a hartarme el hecho de que todo el tiempo Peter se empeñara en nombrarla a cada segundo del día, pero ¿Quién soy yo para juzgarle? Si nunca me atreví a confesarle nada y ahora me estoy "olvidando de él" por lo que este es mi castigo por ser una cobarde.

De pronto algo capto mi atención, de pronto una extraña corriente subió por toda mi espalda y tuve la necesidad de girar mi rostro justo hacia la izquierda para encontrarme con un muy elegante auto de color negro bastante sofisticado y caro que casualmente se había detenido frente a nosotros por culpa de ajetreado tránsito de hoy, sentí como si alguien desde aquellas ventanas negra y ahumadas me observara atentamente y no fuera muy amigable. Algo dentro de mí se encendió como si hubieran encendido un interruptor y todos mis sentidos se activaron estando en estado de alerta y con ganas de atacar; el semáforo dio luz verde y auto avanzo sin más mientras yo lo veía avanzar.

- ¡hola! ¡¿hay alguien allí?! ¡mad!- escuche de pronto a Peter- tierra llamando a madison-

- ¡Que!- gruñí en respuesta- ¡que!

Peter me quedo viendo con una expresión de "enserio" incluso alzo una ceja-pues disculpa pero llevo más de dos segundo tratando de hablar contigo de un tema importante- señalo con sarcasmo.

Sentí la enorme necesidad de decirle que no me importa un nabo lo que pueda pensar Lea acerca de las series animada de súper héroes pero sería demasiado grosero por lo que termine por decir – lo siento creí que. . . no lo sé alguien me veía desde ese auto- espete desviando mi mirada.

- Mmm. . . pues yo digo que quizás te estés poniendo muy paranoica luego de lo que paso ayer madison- dijo muy tranquilamente mi mejor amigo.

- ¡no estoy siendo paranoica! Solo... debo estar más atenta ¡lo normal!- replique haciendo un puchero que solo provoco que Peter se riera de mí.

- Oye ya no le des más vueltas al asunto ¿sí?- dijo Peter mientras ponía su mano sobre mi cabeza y me acariciaba el cabello- a demás si ese extraño se acerca ¡le patearemos el trasero!- sonrió.

Y sin darse cuenta Peter había provocado que mi corazón diera un estúpido vuelco con solo ese simple gesto, de un suave manotón quite su mano de mi cabeza y asentí alegando que debíamos darnos prisa si queríamos disfrutar de "Teen Titans" completa.

Sin embargo ese sentimiento de estar siendo seguida y vigilada nunca se apartó de mi durante todo el trayecto de camino al súper mercado.

Mas alla del JardinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora