Capitulo 2: "llamo la atención de un cliente"

25 6 1
                                    


Trabajar de camarera en el restaurant de comida italiana de la amiga de la mama de Peter comenzó como un simple trabajo de medio tiempo durante el verano, cuando Peter y yo tuvimos la idea de ganar dinero de inmediato su madre arreglo todo un "contrato" con su amiga que en esos momento estaba falta de personal, aunque al principio ambos éramos terribles en el asunto poco a poco le fuimos agarrando el hilo a eso de tomar ordenes, llevar platillos, atender clientes hasta el punto en convertirnos en sus empleados favoritos y cuando anunciamos que nos retiraríamos porque las clases ya comenzaban la señora Della hizo todo lo que estuvo a su alcance para crearnos un horario que nos permitiera trabajar y también asistir a nuestras reuniones del club y por su puesto a las prácticas de futbol.

Trabajar en "The Little Garden" realmente me ha ayudado bastante ya que al ganar dinero por mi cuenta hace que le quite un gran peso de encima a mi tía quien aunque estuvo en desacuerdo al principio con el tiempo se dio cuenta de que la entrada extra de dinero le aliviaba cosas como pagar la renta, servicios y por su puesto comida que son los gastos básicos para vivir ¿no? Y yo solo tengo que encargarme de las cosas que me hacen falta a mí.

-¡llegan a tiempo par de tortolitos!- dijo con demasiado entusiasmo mi amiga Daya- ¡amo verlos llegar así de juntitos!- alzo ambas manos para formar un corazón con ellas burlándose de ambos.

- ¡oh por favor Daya! ¿crees que yo un simple mortal estaría a la altura de una de las diosas de Lantern of Knowledge? ¡estas mal de la cabeza!- respondió Peter siguiéndole el juego.

¡Si tan solo supiera que si estás a la altura! pensé, pero de inmediato aparte ese estúpido pensamiento se supone que lo estoy olvidando ¡cálmate West! Solo puse los ojos en blanco y los ignore por completo haciéndome la indiferente.

- ¡mírala hasta nos ignora! ¡porque sabe que es cierto!-señalo Daya aun con ese tono burlón- Sabes Peter escuche por allí que ha rechazado a cinco chicos esta semana ¡que dolor!- termino con esa sonrisa burlona aun en el rostro.

- Lo se...- siguió Peter poniendo una mano sobre su pecho y un expresión de tristeza en el rostro- estuve presente Daya, ella la reina del hielo le dio una fuerte patada en los testículos a los sentimientos de esas pobre almas en pena que morirán de amor-

- ¡Oigan ya basta! ya saben que no estoy para esas cursilerías- me defendí- tengo muchas cosas importantes que hacer-

Peter y Daya comenzaron a reír a carcajadas a costa mía, a pesar de ser dos años mayor que nosotros y de estar en su segundo año de la universidad Daya cuando quiere puede comportarse como una cría de secundaria como nosotros. Luego de reírse un rato los tres caminamos hacia nuestros respectivos vestidores para así ponernos el uniforme que consistía en un suéter de cuello de tortuga de color negro y mangas tres cuartos, pantalones negros y en mi caso un delantal blanco pero me sorprendí cuando Daya me quito mi delantal y se lo coloco ella mientras me entregaba su placa plateada de recepcionista.

- Oh no, nena, hoy tú te harás cargo de las reservaciones y de guiar a los clientes- dijo mientras me extendía su característica gabardina de color blanco.

- ¿Qué? Pero...-

- ¡Sin peros! ¡ordenes de Della!- dando unas palmaditas al banco me invito a sentarme- ahora ve en aquí y déjame hacerte una coleta alta y ponerte un poco de maquillaje linda-

Bufe y fruncí el ceño mientras tomaba asiento no me gusta nada ser la de recepción. . . es demasiado fastidioso para mí, pero Daya prometió darme sus propinas y solo por eso hare su trabajo con una buenas sonrisa.

Hoy como era de esperarse el local estaba más concurrido de lo normal siendo viernes el día perfecto para pasar el rato comiendo "comida italiana de la buena" (eso es lo que había escuchado de un cliente) como toda una profesional me había encargado de guiar a cada pareja, grupo de amigos, familias que habían reservado sus mesas favoritas. Por suerte habían mesas disponibles por que más de uno vino al restaurant sin una reservación y por su puesto nosotros no tenemos problemas con ello "mientras hayan más personas disfrutando de nuestra comida mejor para nosotros" siempre nos dice Della.

Lo más tedioso de encargarse de la recepción es tener que atender las llamadas de clientes pidiendo reservaciones, ya que The Little Garden cuenta con una sala exclusiva solo para reuniones y la mayoría de los empresarios o dueños de compañías importantes siempre reservan ese lugar la mayoría siempre las hacen por llamada pero hubo una excepción, de pronto sonó la campanilla dando el anuncio de un nuevo cliente, entro en el lugar un hombre de piel bronceada, cabello de color castaño y ojos color café con una expresión inescrutable en su rostro enfundado en un traje muy elegante de color azul oscuro, literalmente caminaba como si fuera el amo y señor del lugar dando una impresionante sensación de inferioridad a aquellos que le rodeaban, por alguna razón tuve el extraño presentimiento de que estaba ¿invadiendo mi espacio? Si como si con su sola presencia me hiciera de inmediato querer pararme de frente y decirle "¡largo aquí no puedes entrar!" pero eso no fue lo más extraño ,no, lo realmente raro fue que al verme aquel hombre se quedó completamente pasmado.

De pronto paso de estar en modo "soy el amo del lugar" a "¡¿Qué demonios?!" puedo jurar que hasta se puso pálido - ¡¿Margarte?!- murmuro en un hilo de voz tan bajo que fue solo por pura suerte que pude escucharlo, él estaba conmocionado y solo me observo como si tratara de hallarle sentido a la situación.

- Buenas noches bienvenido al pequeño jardín ¿en qué puedo ayudarle?- dije educadamente.

No hubo respuesta.

- ¿disculpe señor en que puedo ayudarle? – volví a preguntar en el mismo tono cordial.

Después de lo que pareció una eternidad y con esa expresión de asombro en su rostro cerro su mano en un puño y la llevo a su boca y carraspeo incomodo solo para decir- eh si buenas noches quiero reservar el área de reuniones para mañana- soltó de golpe.

- Por su puesto el lugar está disponible- dije mientras veía el horario en el computador- desde las diez hasta las doce y treinta-

De nuevo no hubo respuesta el hombre me seguía viendo como si me hubiera salido una segunda cabeza desde el cuello en ese preciso momento y ya me estaba comenzando a cansar ese tipo de comportamiento, me hace pensar que quizás sea un pervertido que tiene un extraño fetiche con las recepcionistas o algo así.

- ¿Señor?- volví a hablar esta con deje de impaciencia en mi voz- ¿va a reservar. . .?

- ¡sí!- exclamo y volvió a carraspear- a nombre de Garrett Graham desde la diez hasta las once am- termino un poco más calmado.

- Perfecto el lugar está reservado para ustedes entonces muchas gracias por escogernos- murmure sonriendo incomoda.

Aquel hombre se puso rígido de repente y se marchó a paso rápido del lugar como si de verdad hubiera visto un fantasma o algo así, de pronto una pregunta surgió en mi mente ¿sería amigo de mi tía? Y si lo era y yo no le había reconocido, Seria una duda que despejaría después.

Mas alla del JardinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora