Mas alla del Jardin

Capitulo: 14 "Lobos a mi alrededor"

Cuando logre salir de mi estado de inconciencia solo pude escuchar a mi tía gritándole a Garrett cosas como "¡dime que lo que eres no afecto a mi hermana!" o "¡madison es lo único que me queda de mi hermana! ¡¿Qué es lo eres y que le has hecho?!" y cuando logre incorporarme me di cuenta de que estaba acostada en uno de los sofás de la sala de estar y por la expresión que tenía Garrett en el rostro y por lo desesperada que estaba mi tía me dije a mi misma "Las cosas empeoraron" y con eso en mente no pude hablar, todo era demasiado para mí, pero lo que más me llamo la atención fue lo que me tía quiso insinuar en el preciso instante en el que me senté.

- Garrett acaso. . . lo que eres. . . ¿afecto a mi hermana? Por tu culpa ella. . .- a mi tía se le quebró la voz y de sus ojos color café claros algo verdosos comenzaron a brotar lágrimas.

- ¿de qué estás hablando? ¿Qué le paso a Margaret?- pregunto muy confundido Garrett quien desvió su mirada azul en mi dirección.

Con ese gesto mi tía se dio cuenta de que yo había despertado y lo más sorprendente de toda la situación o al menos para mí, es que fui consciente de que él no estaba al tanto de la muerte de mi madre es decir que el jamás se enteró de su enfermedad, trague grueso, mi cerebro empezó a trabajar a la velocidad de la luz y entonces todo fue demasiado evidente. . .

Garrett guardaba un secreto, esa sería la posible razón por la que dejo a mi madre y se alejó de ella a tal punto de que jamás volvió a escuchar siquiera acerca de lo que le había pasado y probablemente aun creía que ella estaba viva. Ahora no solo yo conocía su secreto si no que mi tía también y no había excusa que usara que sirviera de algo para tapar todo el desastre que habíamos presenciado, aún estaba en shock cuando mi tía me pregunto si estaba bien y me tomo de la mano sacándome a rastras de ese lugar diciendo que no podía quedarse un minuto más en esa casa.

- Dijiste que estaba bien que ambos pasáramos tiempo juntos, ¡Amelia firmaste un contrato!- reclamo Garrett desde la entrada de su casa notablemente molesto y también abrumado.

- Lo sé – le dijo mi tía sin siquiera mirarlo- solo danos unos días para asimilar todo esto.

Esa noche al llegar a casa Robert nos recibió junto con Bella quien se había quedado a pasar el fin de semana con nosotros ambos estaban emocionados por saber que tal nos había ido, sin embargo a pesar de que ninguna estaba de ánimos para hablar de ello tanto mi tía como yo contamos nuestra experiencia y de lo molestas que estábamos con parte de esa familia omitiendo el hecho de los hombres lobo y eso. Varios días pasaron y ninguna de las dos quiso hablar del tema porque al menos por mi parte aún seguía dudando de lo que realmente paso aunque una cosa era bastante segura. . . ¡yo no era deseada por ellos! Al menos no por Morgan y Christina.

Los días siguieron pasando y no tuvimos ninguna noticia de los Graham, no habían llamado o mandado un mensaje de texto era como si hubiéramos decidido ignorarnos mutuamente y seguir con nuestras vida como si nada hubiera pasado, todos estábamos ocupados en lo nuestro y en lo que respecta al secreto de Garrett Graham mi tía y yo no tuvimos el valor de hablar de ello otra vez aun cuando las dos éramos conscientes de que probablemente lo más seguro es que yo también tuviera ese "gen" corriendo por mis venas, tenía tantas preguntas pero nunca me atreví a llamar y pedir explicaciones, solo zanje el temas lanzando todo lo que había visto esa noche a un baúl de los recuerdos en mi mente. Una tarde cuando Daya y yo llegamos al restaurant la jefa dijo que por unas refacciones y cambios en el lugar nos daría la semana libre por que decidimos ir al centro comercial a pasar el rato y justo cuando nos sentamos a tomar unas bebidas en un Starbucks apareció el mismísimo Howard O'Halloran frente a nuestra mesa luciendo sumamente furioso, su rostro era una mezcla de ira y a la vez preocupación, por un momento me sentí a la defensiva dispuesta a dar pelea si se atrevía a gritarme o algo así pero me sorprendí mucho cuando apoyo ambas manos en la mesa y miro directamente a Daya y dijo: