Hasta hace unas semanas atrás yo era una adolescente común que vive en una ciudad tan movida como Londres, no tenía que preocuparme por quien pudiera estar vigilándome, de verdad puedo decir que extraño mucho el estar centrada en los mundanos dilemas que rodea a una joven como yo, sin embargo ahora tenía miedo. Nunca en mi corta vida había utilizado la palabra “miedo” pero desde aquel día, todo mi ser había empezado a sentir la enorme presión de estar vigilando cada paso que doy; mirando por encima de mi hombro en caso de que alguien de mi supuesta familia o miembros de la misma manada se atreviera a atacarme ¡tengo demasiado miedo! ¡En comparación a ellos soy muy débil! ¡No quiero morir! durante una semana entera había entrado en un estado de paranoia total donde dudaba de cualquiera que se me acercara. Por lo que tuve que tomar la decisión de mentir y decirle a mi tía que me sentía demasiado enferma como para ir a la escuela o al trabajo ella de inmediato descubrió mi engaño pero entendió por qué quería ocultarme por tanto tiempo en casa así que se encargó de informar a mis maestros y también a mi jefa de que debía estar en casa al menos por una semana. De pronto ya no me sentía nada cómoda estando incluso en mi propia piel, era como si todo a mí alrededor me gritaba que estaba mal que yo siguiera existiendo.
En varias ocasiones Peter vino a mi apartamento a pasar tiempo conmigo, traía la tarea por realizar y se quedaba junto a mi mientras que me contaba todo los chismes que ocurrían en mi ausencia, trato de sacarme a pasear muchas veces pero siempre era la misma respuestas “ lo siento Peter pero hoy no quiero salir”.
¿sabes? Madison no tienes por qué temer, estoy seguro de que tu padre, Zea y Howard no están esperando a que te ocultes toda la vida- dijo Peter en tono serio mientras me pasaba el tazón de las palomitas.¡Ya te he dicho! No quiero salir, es todo- le replique cruzándome de brazos.
Peter meneo su cabeza en señal de desaprobación – lo que tú digas Madi- respondió.
Ambos nos quedamos en silencio mirando la pantalla del televisor donde simplemente estaban pasando infomerciales de productos de belleza, obviamente el no entendía lo que yo estaba sintiendo, digo ¿Cómo quería el que yo saliera? ¡Habiendo un montón de personas que estaban allí afuera esperando a que yo saliera! Y sus intenciones no eran sonreírme y darme la bienvenida a la manada ¡no! ¡Querían acabar con mi existencia! Porque yo no debo existir, soy la representación de una regla rota, soy el resultado de alguien que metió la pata hasta el fondo. Después de ver películas Peter se fue al trabajo y yo volví a quedarme sola, mi teléfono comenzó a sonar y yo perezosamente me acerque a él para contestar.
¿Hola?-¡al fin contestas! Escucha- me sorprendí cuando oí la fastidiosa voz de Chleo a través de la línea – Mi padre está organizando. . .-
¡no vuelvas a llamarme!- grite y corte la llamada lo menos que quería era tratar con esa bruja ¿tan difícil es tener un poco de tranquilidad?
Los días pasaron y lo que era un plan para quedarme en casa por una semana se convirtiendo en dos hasta que seguí el concejo que tanto Peter como Robert me habían dado “¡No puedes ocultarte de tus problemas para siempre! Por mucho que le temamos a algo, lo mejor es enfrentarlo de aunque ese algo pueda salir mal” en pocas palabras ¡deja de ser una cobarde West! Y tenían mucha razón ya era hora de volver a mi rutina estuvieran persiguiéndome o no, El jueves por la mañana me enfunde en mi uniforme, tome mi bolso y espere a Peter en la puerta de su apartamento, al verme allí dispuesta a volver a la escuela me sonrió ampliamente y me tomo del brazo amistosamente llevándome por el camino, mientras caminábamos me conto acerca de cómo le había ido en su cita con Lea y lo cercano que se estaban volviendo el uno del otro, al parecer iban enserio y se estaban tomando su tiempo para conocerse, me pareció muy bien eso y lo que más me sorprendió es que no sentí ninguna punzada de celos o tristeza, eso estaba mejor. Al llegar al colegio fue un tanto incomodo ser el centro de atención, puesto a que mientras daba paso tras paso el resto de los chicos se me quedaban viendo sorprendidos de verme otra vez, algunos me sonrieron o saludaban alegres; también comentaban lo genial que era verme de nuevo en clases, cuando llegue a mi casillero encontré varias cartas donde ciertas personas me dejaban buenos deseos, me deseaban una buena salud o cosas así mientras que otros con sus cursilerías y deseos de tener una cita conmigo se ganaron que hiciera mi mejor cara de “EW” por tal estupidez. Durante las clases fue divertido alzar mi mano para responder a las preguntas que hacían demostrando que aún seguía estado al día con las tareas y fue muy divertido cuando por fin pude volver a ponerme mi uniforme del equipo y practicar con mi gente.
¡pero miren a quien tenemos aquí! ¡¿será nuestra princesa del hielo?!- grito Trevor riendo.¡estoy viendo un fantasma! ¿Madison West?- dijo entre risas Jack.
Todo el equipo completo me envolvieron en un enorme y cálido abrazo para luego cada quien tomar su posición y jugar futbol como nunca, me sentó de maravilla correr por toda la cancha detrás de la pelota, mientras me movía podía sentir como la adrenalina recorría mi cuerpo y me hacía sentir ¡viva! nuevamente me sentía segura de estar allí; nuevamente puedo decir que soy Madison West.
Más tarde junto con Peter fuimos a trabajar, al llegar al The Little Garden Daya me abrazo y me aseguro de que todo iba a estar bien fue muy reconfortante oír eso, Mía estaba aliviada de que al fin pudiera “levantarme de la cama” pero me extraño la reacción de mi jefa quien me recibió con una sonrisa forzada como si no se sintiera cómoda de que yo estuviera, con una sonrisa atendí a los clientes y los guie a sus mesas, tome sus órdenes e hice todo al pie de la letra para demostrarle a mi jefa que aún tenía el toque, justo cuando termino mi turno Daya se acercó a mí en los vestidores.
Oye de veras me alegra mucho de que hayas vuelto, si faltaba un día más ¡iba a ir a sacarte a rastras de ese sofá!-
Me reí de su comentario – lo siento ¡pero ya estoy mejor!- le respondí con una sonrisa.
Antes de que te vayas – me dijo – el tío Garrett me envió a decirte que va a pasar a buscarte esta noche –-¿eh? ¿Y eso?- la mire desconcertada.
Tu solo espéralo ok – me advirtió.
Y en efecto cuando salí del local allí estaba el auto de Garrett ¿es tan necesario que venga personalmente aquí? Rodé los ojos y me acerque a la ventanilla la cual de inmediato bajo, la fría mirada azul de Garrett me recorrió el rostro en busca de ¿Qué? No lo sé, alce una ceja en señal de réplica.
¿y? ¿Qué haces aquí?- le dije secamente.Sube al auto – me ordeno sin más.
Esto tenía que ser una broma trate de no perder la calma había pasado todo un día de muy buen humor y no iba a dejar que el idiota de mi padre se atreviera a arruinar eso, respire profundamente y volví a intentarlos – bien Garrett antes de subir ¿A dónde demonios me lleva?- dije.
Sube al auto ahora. . . – ordeno de nuevo aunque se tomó un minuto como para pensar y después suspiro – iremos al jardín.
Y con esa explicación subí al auto preparándome mentalmente para un desastre más en mi vida.
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Mas alla del Jardin
AléatoireMadison West es hasta donde ella sabe una chica normal quizas demasiado obstinada y orgullosa que esta acostumbra a vivir una vida completamente normal con problemas y situaciones que a cualquiera se le puede presentar, una chica acostumbrada a supe...