Mas alla del Jardin

Capitulo 6: "Extraños síntomas"

El lunes por la mañana como de costumbre entre por la gigantescas puertas de roble de la escuela sintiéndome la chica las esperada de toda la secundaria pues habían un montón de ojos curiosos mirándome con cierta expectativa, como si estuvieran esperando a que les saludara o algo por el estilo y fue eso lo que me hizo sentir demasiado incomoda al recorrer el enorme pasillo pero Peter me explico que la mayoría había ido a la fiesta y que aún estaban en shock por haberme visto en casa de los Thompson.

- Deberías al menos sonreír, ya sabes para que no parezcas tan odiosa- dijo Peter alzando una ceja en plan "deja de ser tan asocial imbécil"

- ¿acaso esto es un concurso de belleza? Dime ¿Cuándo me ha importado lo que ellos piensen de mí?- repuse sonriendo de medio lado.

Justo cuando Peter abrió la boca para rebatirme se escuchó la desdeñosa voz de Chleo Stellman quien se acercaba justo hacia donde yo estaba, allí estaba ella con su largo cabello rubio atado en una perfecta coleta alta y vestida con el uniforme el cual estoy segura de que tuvo que pagar una gran suma de libras para que le dejaran usar la falda tan corta.

- ¡Vaya! ¡que sorpresa madison! Escuché por allí que al fin te animaste a salir de tu muy oscura y asquerosa cueva de dónde vienes para socializar con las personas- se atrevió a decir sonriendo con malicia.

Juro que en ese momento sentí como la sangre me hervía y de mi boca estaban burbujeando un montón de insultos para esa rubia oxigenada pero me contuve y solo puse mi mejor cara de póker, no me inmute para nada, no vale la pena mostrarle mi cara de enojo o de asco que es lo único que siento hacia ella, solo me dispuse a pasar por el medio de ella y de sus secuaces que no son más que un montón de descerebradas que no tienen identidad y que por eso deben seguir las reglas que les dicta su reina avispa. Mientras seguía mi camino ella volvió a hablar con ese tono de voz tan molesto que tiene diciendo sarcásticamente:

- ¡es bueno saber que al menos tienes una pizca de humanidad linda!-

Algunos se rieron de su comentario, otros murmuraban por lo bajo quizás criticándome o diciendo cuan genial me había visto por ignorarla por completo, tampoco es que sea importante para mí.

- No puedo creer que todo el mundo piense que ella es la chica más linda de la escuela, cuando es una imbécil de primera- murmuro Peter molesto.

- Es porque la mayor parte de la comunidad estudiantil piensa con el de abajo y no con el arriba- respondí con suficiencia.

Mientras entrabamos al salón Peter me miro con el ceño fruncido y comento que mis palabras le ofendía por lo que le pregunte si él se consideraba parte de la mayoría y su respuesta fue un rotundo no, dándome por supuesto la razón. El resto del día las clases transcurrieron sin ningún problema al menos hasta última hora cuando nos tocaba clase de gimnasia, por general esta es unas de las clases donde mi desempeño es increíblemente excepcional pues me gustan los deportes y hoy en clase tocaba un circuito de obstáculos muy divertidos, al menos para mí, el entrenador explico como siempre en qué consistía la rutina y todos aceptamos el desafío, debo admitir que cuando fui nombrada para dar la demostración literalmente pase al frente con una sonrisa de autosuficiencia sabiendo que humillaría a cualquiera de mis compañeros.

Lista para la acción me prepare justo en la línea de partida y cuando escuche el sonido del silbato la adrenalina recorrió todo mi cuerpo y me impulse hacia delante para echarme a correr lo más rápido posible, mi primer obstáculo fue subir un muro para escalar, el segundo fueron unos conos anaranjados lo cuales debía pasar en zigzag, corrí todo el camino hasta llegar a la famosa cuerda de nudos y mientras me aferraba a ella para subir sentía que mi corazón se estaba acelerando demasiado como si me costara moverme, mi respiración se volvía cada vez más errática pero aun así supere ese obstaculo rápidamente para de ultimo saltar encima de un enorme banco y solo para lucirme decidí hacer un salto de trecientos sesenta y caer como una muy ágil gimnasta olímpica.