Capítulo 35

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Necesito un favor.

(Kyungsoo) ¡Oh Dios! ¿No puede esperar a mañana? Quiero dormir.

No.

Tengo cosas de las que debo ocuparme, así que no iré al hospital.

(Kyungsoo) Supongo que quieres que me encargue de tus internos ¿Cierto?

Solamente con dos, uno de ellos estará en el séptimo piso.

¿Podrías?

(Kyungsoo) ... (-_-)

Bien, solo diles a tus internos. No quiero estar detrás de ellos como si fueran borregos.

Me debes una, Kim.

¡Gracias!

Eres un sol.

(Kyungsoo) Sí, sí, por supuesto. Déjame dormir.

El chat cambió al grupo que tenía con sus internos y en pocos segundos otro mensaje fue enviado de aquel dispositivo. Conciso, justo como lo caracterizaba con ellos.

Mañana no estaré con ustedes, sino el dr Do.

Nos vemos luego, esclavos.

Bloqueó el teléfono y lo dejó en la mesita de noche, apagó las luces dispuesto a conciliar sueño. Tenía muchas cosas en qué ocuparse y decidir para el día siguiente, por lo que necesitaba de un merecido descanso.

En su intento, el teléfono sonó de manera particular, así que estiró la mano y miró el móvil comprobando que realmente existía una llamada entrante. Se tomó unos segundos para deslizar el dedo y descolgar experimentando explosiones en su sistema nervioso.

—¿Todo está bien?

—Lo está —respondió tranquilo—. Yo... ehm...

Tuvo un momento para pensar en sus próximas palabras. Todavía no quería darle la noticia a Lucas, no de esa manera, además necesitaba asegurarse de que todo antes de dejarle caer la bomba.

—Bonito —llamó Lucas en tono preocupado.

—Lo siento —contestó un tanto avergonzado—. Solamente veré a una amiga, ha pasado mucho tiempo y ahora tengo la oportunidad de reunirme con ella.

Jungwoo logró captar un largo suspiro en alivio, rio bajito ante la actitud de su prometido y se dejó caer sobre la almohada.

—Espera...

—¿Qué ocurre?

—¿Significa que mañana no te podré abrazar ni besar? —expresó Lucas un tanto infantil.

Los ojos de Jungwoo formaron medias lunas ante aquella pregunta, sus latidos golpearon con fuerza en su caja torácica haciéndole sonreír embobado sin importar que estuviera mirando al pequeño candelabro que tenía en el techo de su habitación.

—Solamente será un día.

—Un día eterno —se quejó Lucas— ¿Por qué no duermes aquí mañana?

El obstetra fingió meditarlo durante segundos obteniendo gruñidos de parte del de cabellos ondulados.

—Si accedo no me dejarás dormir —contestó acomodándose mejor entre las mantas—. Además... quisiera pasar más tiempo con mi madre. Pronto...

Matrimonio Clandestino [TaeDo] En ReediciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora