Capítulo 38

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Los rumores jamás se detenían en el hospital, no importaba el área, siempre existía alguno circulando fuera cierto o una mera especulación.

En oftalmología, desde que inició la guardia diurna solamente hubo dos.

La directora estará en quirófanos hoy.

Y, por supuesto, aquel que tenía al jefe de área como energúmeno.

El doctor Qian estará asistiendo el trasplante de corneas.

Kun no se mostró afectado de ambos rumores que escuchó durante toda la mañana por charlas entre las enfermeras. Su mente se encontraba dividida en muchas cosas, desde los pacientes que tuvo en consulta, así como en los nervios por ingresar a quirófanos, de ese último se desglosaban muchas cosas, porque...

"Jaehyun hizo esto por mí."

Ahora ambos parecían caminar sobre una delgada capa de hielo. Ninguno tocaba el tema del matrimonio y, en parte, Kun lo agradecía.

También otro pensamiento llegó mientras desde las ventanas observaba a su madre dar aquel habitual paseo por los jardines del hospital.

"¿Cuánto tiempo nos queda?"

No sabía la respuesta como tampoco deseaba encontrarla.

En cuando su reloj emitió un pitido de llegar a la hora en punto, Kun se alejó de la ventana y emprendió su tarea de sacar de su maleta el pijama quirúrgico y cambiarse.

Los tenis no fueron los clásicos blancos que ocupaba, sino que calzó aquellos que fueron un obsequio de cumpleaños. El gorro quirúrgico con estampados de hojas de maple quedó dentro de la maleta, porque Kun optó por llevar puesto su primer gorro quirúrgico el cual tenía flores de cerezo.

Era una cruel idea, porque durante el proceso se obligó a guardar sus lágrimas y ser indiferente conforme caminaba por los pasillos hacia quirófanos.

Al llegar a la antesala del quirófano suspiró profundo, enfermeras como otros doctores e incluso internos se encontraban dentro del lugar preparando lo necesario para el procedimiento. Pronto llegaría el paciente, así que se dirigió hacia los lavabos e iniciar con el protocolo sanitario.

—¿Estás nervioso?

Kun miró a su lado, Sicheng también se estaba lavando las manos aun cuando solamente él se encontraría controlando la anestesia y eligiendo la música dentro el quirófano.

—Un poco —admitió el bajito—. El riesgo es alto.

—Lo harán bien —expresó Sicheng—. Es la directora quien estará aquí contigo. Si Doyoung es realmente igual a ella y ese demonio hace cosas arriesgadas, entonces no tienes nada de qué preocuparte.

—¿Cómo fue que terminaste siendo el anestesiólogo para esta cirugía? —cuestionó el menor—. Prácticamente te encadenó al séptimo piso.

Sicheng rio con picardía a sabiendas que Kun se refería a lo celoso que podría ser el futuro director con su equipo para cirugías.

—Digamos que supe arreglármelas —contestó.

Kun sonrió levemente, dio un paso atrás para detener el flujo del agua y tomó servilletas con el fin de secar la humedad en sus brazos. La acción hizo que la enfermera a cargo lo ayudara a vestir la bata, los zapatos y calzar los guantes. Solo que, cuando comenzó a vestirlo con la bata, las puertas de la antesala se abrieron revelando a quien más revuelo estaba causando toda el área de oftalmología.

—Hola a todos, es un excelente día para una cirugía de córneas ¿No les parece?

Kun giró en su dirección, observándola ingresar con una pijama quirúrgica clásica en color suave y pulcro como el celeste.

Matrimonio Clandestino [TaeDo] En ReediciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora