Capítulo 25

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Cuando Jungwoo despertó, además de tener un fuerte dolor de cabeza, se percató que no estaba en su habitación, sino en el departamento de Doyoung.
Tomó el tiempo necesario para tratar de recordar lo que hizo la noche anterior, sin embargo, poco podía tener claro.

Cabe mencionar que le hizo ruido el hecho de encontrar ropa de su hermano en aquella habitación, mas no quiso ahondar en el asunto. Luego de ducharse y sentirse un poco mejor, salió de la habitación, creyendo que Doyoung se encontraría ahí.

Su sorpresa fue llegar a la cocina guiado por un par de voces, tratándose de Taeyong ayudando a Taemin mientras este terminaba de cocinar.

—¿Busan?

—Sí, algo así. Será en un pueblo cercano.

Taeyong asintió lentamente, como si la noticia fuera demasiado para aceptarla sin problemas.

—Suena bien —concluyó después de un largo silencio—. Espero que Choi te mantenga a salvo.

—Siento que estás siendo injusto —expresó Taemin con evidente inconformismo en su voz—. No quiero permanecer lejos por tanto tiempo.

—Bueno... tampoco es como si estuviera en mis manos acelerar el proceso —contestó el mencionado—. Es por tu bien. Además, no quiero... — "No quiero divorciarme de él" pensó abrumado—, no quiero presionar a Doyoung con esto. Yo estuve de acuerdo con él en esperar.

Taemin negó en desacuerdo con él, suspiró con fuerza colocando las manos sobre la mesa, frente a Taeyong, quien no se inmutó del sonido de las palmas de su hermano.

—Sabes que es inútil hacer esa expresión. No puedo verte, así que, no es posible convencerme.

Para Taemin tal comentario lo frustró, en cambio, Taeyong sonrió en tanto llevaba una taza de té a sus labios y probaba de la caliente infusión.

—Definitivamente son un par de niños —murmuró Taeyong recordando las quejas de Sergio.

—No soy un niño.

"Eso también lo dijo él."

Escondiendo su sonrisa detrás de la taza, Taeyong se mantuvo en silencio, solo que, la sonrisa se borró y giró hacia la puerta de la cocina.

—¡Oh! Jungwoo has despertado —expresó Taemin con una sonrisa—. Buenos días.

Incómodo el mencionado se llevó una mano al cuello y sonrió apenado, en tanto se movía hacia el refrigerador con el fin de obtener agua.

—Buenos días —expresó débil— ¿Doyoung...?

—En el hospital —informó Taeyong colocando un par de palillos cerca de los platos—. Dijo que despertarías a mediodía, así que, seguramente debes tener hambre.

Aunque el menor quiso negarlo, el olor que capturó su sentido del olfato hizo que su estómago lo delatara.

No supo qué decir, sencillamente se sentó en silencio por varios minutos, percatándose de que solamente la mesa estaba puesta para una persona, es decir, su lugar.

Para Jungwoo, todavía seguía siendo algo bastante difícil de creer estar almorzando con quien aparentemente era su cuñado. Sí que le daba una sensación extraña.

Taeyong al igual que Taemin se encontraba tomando una taza de té, cosa que puso más nervioso a Jungwoo por ser el único comiendo. Para su suerte, el teléfono de Taemin anunció un mensaje el cual no esperó para ser leído.

—Disculpen, pero debo irme —anunció Taemin con una sonrisa apenada y miró a su Taeyong—. Piensa en lo que te dije, no sólo lo hagas como militar, sino como mi hermano.

Matrimonio Clandestino [TaeDo] En ReediciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora