Capítulo 1

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Nadie sabe lo que pasará en el futuro. Los planes que uno hace no significan que se llevarán a cabo en muchas ocasiones, incluso, no se sabe si a los próximos cinco segundos seguirás con vida. Todo eso Doyoung lo tenía claro, y por ello no le preocupaba tener una vida planeada, por el contrario, vivía al día, aunque eso era lo peor que podía hacer siendo Kim Doyoung, primogénito y futuro director del Hospital de Alta Especialidad de Seúl.

Su vida había sido planeada por sus padres desde su nacimiento, no hubo otra profesión para él, sino el convertirse en un gran doctor. Por ende, cuando tuvo la oportunidad de vivir lejos de casa y tener aire para respirar de todo el estrés constante, no dudó en tomarla.

Aunque, su madre... ella no pensaba lo mismo. No, cuando Kim Taeyeon miraba como sus amigas comenzaron a hablar de sus nietos mostrando fotos de ellos, mientras que la poderosa Kim se limitaba a escucharlas.

Era la séptima vez que ella oía como los hijos e hijas de sus amigas estaban felizmente casados y con una familia armoniosa, por lo que ni siquiera permitió que pasaran dos horas después de aquella reunión con sus amigas, y terminó presentándose frente a un demasiado cansado pelinegro.

—No necesito que vengas a supervisar si hago bien mi trabajo o no —expresó el cirujano al verla ingresar a su consultorio—. Ya demostré ser bastante eficiente.

La castaña no dijo nada, al menos, no en tanto caminó y tomó asiento en una de las sillas frente al escritorio. Doyoung tuvo que buscar en su mente cualquier motivo por el que ella estuviera ahí, y dudaba mucho que fuera para ir a comer, porque la hora ya había pasado. Sin embargo, no estuvo preparado para lo que su madre soltó de golpe.

— ¿Acaso no piensas casarte? Estoy envejeciendo y quiero nietos.

Detuvo sus movimientos por unos instantes y la miró como si aquello hubiera sido su imaginación.

"¿Es en serio?"

Pero no era así, esa expresión tan correcta le decía que ella sí externó tal cuestión.

—Todo el mundo está envejeciendo mamá —refutó Doyoung desplomándose en su silla—. Así que no eres la única.

Sin embargo, la respuesta no fue del agrado de la fémina, quien dejó salir un 'no lo entiendo' un tanto frustrada. Respiró tranquilamente y continuó.

—Eres un doncel con bastantes atributos —siguió la castaña y comenzó a enumerarlas con los dedos—. Tienes una profesión, un buen apellido, accionista del hospital, el futuro director de este —remarcó mirándolo a los ojos—; además posees una belleza envidiable, saludable, capaz de darme nietos hermosos.

Doyoung se cruzó de brazos sin dejarla de mirar con atención en tanto le decía todo aquello, luego respiró con fuerza y negó.

—También soy el demonio del hospital y a quien todos le temen.

—Esas cosas son minorías —alegó ella haciendo un movimiento con la mano—. Tu esposo no tiene por qué ser doctor o personal médico.

De acuerdo, aquella situación no estaba siendo estresante, pero comenzaba a ser molesta por el simple hecho de que su madre estuviera en su trabajo hablando de citas a ciega cuando él ni siquiera tenía tiempo para nada que no fuera trabajar y dormir.

—Por si no lo has notado, el matrimonio es de dos. Yo no estoy saliendo con nadie, tampoco estoy interesado en nadie, mucho menos quiero en casarme. Hay cosas más importantes ahora que requieren mi atención, el programa de internado, por ejemplo.

—Y es por eso que debes reconsiderarlo —refutó su madre tomando asiento en la silla frente al escritorio—. Estoy segura de que encontrarás a alguien que se acople bien a ti y así podrás darme nietos. El programa de internado no te impide casarte.

Matrimonio Clandestino [TaeDo] En ReediciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora