Capítulo 31

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Los aniversarios son buenos, traen a la memoria hechos o sucesos que han marcado parte de la historia, momentos importantes de la vida de las personas y, en ocasiones, los aniversarios causan melancolía.

En la familia Kim existían dos aniversarios importantes, además de los cumpleaños. Uno de ellos, por supuesto, era referente a la fundación del hospital. El otro...

—Entonces... —liberó un tanto inseguro, lamiéndose los labios—, ninguno de los Kim vendrá al hospital. ¿Cierto?

La enfermera lo miró por el rabillo y asintió, sin dejar de escribir en la computadora los datos del paciente que ingresaba.

—Todo el hospital lo sabe, interno Park —expresó sin mucho interés en la conversación—. No me sorprende que el doctor Kim siquiera responda sus mensajes, ¿Cierto?

Dicho eso levantó la mirada y le sonrió con cierta suficiencia, obteniendo una clara respuesta en el silencio del rubio.

—Hoy no habrá nadie que les proteja de los demás especialistas. Sin los Kim, este lugar se convierte en un campo de guerra y ustedes, internos, están muertos.

Jisung tragó en seco y trató de sonreírle, aun cuando quería creer que se estaba tratando de alguna de sus bromas de su pésimo sentido del humor.

—G-gracias.

Dio la vuelta con el fin de regresar rápido a sus compañeros; encontrándolos curiosos por el hecho de que su adscrito no se encontrara en su consultorio, como era su costumbre, tampoco en un quirófano u alguna otra parte del hospital, mucho menos, que el doctor Kim no respondiera los mensajes en el grupo. Incluso siquiera marcaba que eran leídos.

—¿Y bien? —preguntó Sungchan alejándose de la pared—. ¿Qué te dijo la enfermera Lee?

El rubio respiró con resignación.

—No vendrá —informó sin titubeos.

Las expresiones de Jeno y Sungchan fueron las mismas, desconcierto total era lo que se lograba percibir claramente en ellos.

—¿Te dijo el motivo? —cuestionó Jeno.

—Solo dijo que somos internos muertos —expresó con pesar—. El doctor Kim no vendrá y...

El rubio se detuvo percatándose de que las puertas del ascensor se abrían, los otros dos no demoraron en girar en dicha dirección, ilusionándose de la presencia de su adscrito. Sin embargo, poco fue el tiempo de la expectativa, porque en segundos observaron a un par de doctores que no pertenecían a cardiología caminar con total calma.

—¿Realmente nuestro doctor nos dejó indefensos? —preguntó Jisung para sí mismo, pero siendo escuchado por los otros dos.

El trío de internos optó por fingir que se encontraban ocupados en historiales clínicos y no en la presencia de aquellos doctores. De esa forma, podían escuchar lo que hablaban con la jefa de enfermeras.

—¿Dónde están los internos de Kim?

—En primer lugar, los internos deben estar cumpliendo las órdenes del doctor Kim —recalcó la enfermera con una sonrisa fingida—, y él no permite que sus internos salgan de esta área sin autorizarlo.

Ceños fruncidos de molestia se notó en ellos, más a la bajita no le afectó en absoluto, sino que su rostro siguió mostrando indiferencia.

—Kim siquiera notará que sus internos dejaron su área en este día.

—Le recuerdo que está hablando del doctor Kim Doyoung —dijo ella con calma—. Pero si desea dejar su puesto vacante... tome a los internos que desee.

Matrimonio Clandestino [TaeDo] En ReediciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora