Capítulo 22

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Instintivamente cerró los ojos dejándose llevar y buscó el cuerpo del menor con el fin de colocar las manos en la cintura del mismo para atraerlo más a él y corresponder el beso.

Fuera un experimento o algo momentáneo del menor, Taeyong quería tener, aunque fuera una vez, la tibieza de Doyoung directamente contra su piel.

Mientras Doyoung estaba dispuesto a apostarlo todo por el castaño, Taeyong olvidó un detalle dentro del acuerdo que hizo con el menor, quien realmente no pensaba respetarlo. El divorcio sería más fácil si el matrimonio ni siquiera se consumaba, de lo contrario las cosas serían diferentes.

Aun así, ambos no querían terminar con el beso, ni los siguientes que les sucedieron, por el contrario, fueron aumentando de intensidad, dejando de ser suaves, llenos de sentimientos ocultos y anhelantes, por unos más profundos indicadores de los fuertes deseos de mantenerse juntos.

Las manos del castaño comenzaron a ir más allá de la cintura para explorar la zona baja del menor, quien al tener amplificados sus sentidos se apegó más al cuerpo de Taeyong dándole una especie de luz verde a las intenciones no dichas verbalmente. La necesidad de aire los llevó a separarse dejando a Doyoung en una especie de nube por lo que solamente podría ocurrir en sus sueños.

—Doyoung —dijo con la voz más grave y apoyándose en el hombro del menor con el fin de recuperar el aire—, déjame tenerte. Quiero que seas mío, aunque sea una vez.

Los pulmones del menor se vaciaron tras escuchar la petición de su esposo. Sonaba tan irreal que llevó a Doyoung separarse lo suficiente para mirarlo al rostro y confirmar que esas palabras en verdad salieron de él.

Taeyong acarició dulcemente su rostro hasta llegar al lugar responsable de sus nuevos deseos, los belfos del menor.

—¿Me permites tenerte?

Un jadeo escapó de los labios entreabiertos de Doyoung quien creía que eso se estaba tratando de un sueño demasiado real.

"Me desea"

¿Qué respondería? ¿Se estaba demorando tanto y pronto despertaría? Él no deseaba que aquello desapareciera y fuera sueño o realidad le daría a Taeyong lo que estaba pidiendo.

El castaño recibió la respuesta al tener las manos del menor en su rostro para verlo con tantas emociones que el mismo Doyoung le costaba identificar, pronto el mayor se encontró volviendo a sentir los labios del menor sobre los suyos moviéndose con parsimonia, así como el cuerpo de Doyoung subiendo sobre sus muslos.

Por su parte, el pelinegro sonrió en medio del ósculo demasiado feliz de lo que estaba ocurriendo, pudiendo ver a su marido desearlo. La forma en que las manos de Taeyong paseaban sobre su cuerpo ponían a su hipotálamo producir su cuarteto de la felicidad en grandes cantidades. Rogaba por que pudiera producir algo más en sí mismo, como también que el mayor produjera tanta dopamina y así se enamorara perdidamente de él, solamente de Kim Doyoung.

Gimió en medio de los besos cuando Taeyong lo tomó por los glúteos y lo acercó más, de modo que pudo sentir la dura erección del castaño restregándose contra él.

— Sí, —soltó en exhalación rompiendo un momento los besos— hoy y siempre.

Volvió a gemir llevando los brazos a los hombros del contrario, puso las manos en el cabello castaño, juntando sus frentes por un momento hasta que se levantó de rodillas, y el mayor comenzó a desabrocharle los pantalones.

Matrimonio Clandestino [TaeDo] En ReediciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora