Un día de locos.

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_ Si tuviera qué hacerlo, el título sería el Taxi de la perdición, un lugar en al cual no quiero volverme a subir.

_ Jajajaja, eres un poco chistosa. Dijo al soltar un poco de aire mientras se reía.

_ Veo que ya se te quitó el dolor.

_ Solo un poco, gracias a la enfermera y a ti.

_ ¡A mí por qué!

_ Por ponerme de buen humor, si me duele un poco, pero no están tanto, es un dolor qué puedo soportar, por llamar a la ambulancia y por estar aquí, ahora sé que no me equivoque al elegirte cómo amiga.

_ Bueno, me alegra saber qué ya no te duele tanto y gracias por lo que acabas de decir.

_ Soy muy sinceró y digo lo que siento, claro, con empatía, si debo decir algo lo digo, pero hago lo posible por hacerlo con tanto.

_ Veo qué tú y yo nos llevaremos muy bien.

_ Eso esperó. Dijo con su hermosa sonrisa.

_ Se encuentran bien. Dijeron mi madre y su abuela al entrar en la habitación.

_ Si madre estamos bien, no se preocupen. Dije al estar rodeada por los brazos de mí, madre.

_ Si abue, estamos bien, no hay de qué preocuparse. Dijo al estar rodeado por los brazos de su abuela.

_ Seguro Andrés, de ser así por qué debo dar mi autorización para qué te operen.

_ Abue, eso le pudo pasar a cualquiera, todos estamos propensos a qué nos pasen estás cosas, además por lo menos estoy vivo, un poco herido pero vivo. Dijo cuándo su abuela lo soltó.

_ Tienes razón, pero prométeme qué te cuidarás más cuándo salgas.

_ Si abue, te lo prometo. Dijo Andrés mientras miraba el techo.

_ ¿Y cuánto nos costará la operación? Preguntó su abuela.

_ Voy a preguntarle a la enfermera. Dije al dirigirme a la puerta.

_ Eso no será necesario, ella me dijo cuánto nos costará la operación, dijo qué serían 16,000 euros, tengo algunos ahorros y puedo ayudar con eso.

_ No Andrés, por eso no se preocupen, yo pagaré la operación, tomen lo como un regaló de nuestra parte, además no podemos quedarnos de manos cruzadas. Dijo mi madre con una sonrisa amable en su rostro.

_ Gracias, cuándo salgamos de la operación de Andrés le pagaremos todo.

_ Eso no es necesario, cómo dije tomen lo como un pequeño regalo, los regalos no se cobran, por eso se llaman regalos, solo quiero qué Andrés salga lo más rápido posible de esto.

_ Gracias de nuevo, ojalá hubiera más personas cómo usted en el mundo.

_ Si bueno, voy a pagar la operación, ya vuelvo.

_ Yo iré con usted.

_ Agatha cuida de Andrés mientras nosotras volvemos.

_ Ok, aquí las espero. Dije cuándo ellas cerraron la puerta al salir.

_ Ágatha, podrías abrir la puerta. Dijo respirando con dificultad.

_ Ok. Dije al diregirme a la puerta con rapidez.

_ Gracias, tengo fobia a los lugares serrados, me siento atrapado, cómo si las paredes de hacercaran a mi hasta dejarme en un pequeño espacio sin salida. Dijo al respirar con tranquilidad con su mano en un corazón.

_ ¿Eso tiene algo que ver dijiste cuándo caminábamos antes de que te pasará ésto?

_ Si, tiene qué ver, pero hablemos de otra cosa no tengo ganas de hablar de eso.

Un Amor Por Conocer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora