Una misma fecha

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Harry basta!- los ojos ámbar de la madre de Harry estaban rojos e hinchados- No mamá- gritó harry sosteniendo su bate de béisbol con ambas manos, el sudor hacia su frente brillosa y el cabello estaba mojado, para tener diez años su furia no era normal, su respiración estaba agitada y caminaba con pasos pesados hasta la parte trasera de su casa. Y ahí estaba el, Frederick Dumies, su padrastro, con un cigarrillo en los labios y una lata de cerveza en su mano. - Ay niñito baja ese bate de una vez, y no me obligues a quitartelo y botarlo- los ojos de harry estaban entrecerrados y solo se digno a negar con la cabeza. Cuando frederick se disponía a quitarle el bat, harry golpeo la lata de su mano aventándola bastante lejos.

Los ojos de su padrastro se abrieron a mas no poder y su boca se abrió, con su mano derecha tomó el bat con fuerza y con la otra golpeo a harry tirándolo al suelo. Maggie la madre de Harry le gritó que lo dejara tranquilo y este la calló de una cachetada. Maggie se agacho para ver a Harry que estaba mucho más furioso podía ver la rabia en los hermosos ojos verdes de su hijo. -Por favor principito- dijo Maggie abrazando a su hijo. Los delgados brazos de harry se enrollaron en su cuello y hundió su cara en el cabello castaño de su mamá, olía delicioso, a manzana y canela, le gustaba el olor de su mamá, adoraba todo en ella, su blanca y perfecta sonrisa, las pecas que cubrían sus hombros y esos ojos que lo hacían sentir seguro.

Ven a comer mi pequeño hombrecito- la voz de su madre lo hacía levantarse de la cama y bajar hasta la cocina. Un plato con cereal y un vaso de jugo estaban puestos sobre la mesa, el cabello de Maggie era largo y eso le gustaba a harry, se sentó y termino su comida mirando a su mamá reír frente a el.

Cuando el reloj marcó las 9:30pm Maggie entró al cuarto de su hijo que estaba forrado con póster de pokemon y dragón ball Z, harry estaba sentado viendo tv - Hora de dormir- dijo maggie apagando la TV y caminando hacia la cama de harry. - Escucha, no quiero verte como hoy, tu no eres un niño malo, eres un príncipe, mi príncipe, y lo que hiciste hoy no es de niños como tu.- pero no quiero que te haga nada mamá- intervino la voz suave de harry- que miraba Maggie como si fuera un hombre. - Pero soy yo quien debe cuidarte a ti mi amor- Dijo Maggie besando las manos de su hijo y trayéndolo hacia ella para abrazarlo. - Prometeme que seras a partir de mañana un hombrecito de bien, y que no harás nada que pueda perjudicarte- Maggie abrazó a harry y este en un susurro le dijo que se lo prometía.

Harry cerró sus ojos y se quedó dormido hasta que escucho unos cristales romperse, sabia que era su padrastro con un ataque de ira, y pensó en su mamá, y sólo pudo apretar las sabanas y tratar de obligarse a dormir, apretó sus ojos pero era impodible, habían gritos, escuchó la voz de su madre decir que parara. Un rato después un silencio total se apoderó de su hogar, tomó su dinosaurio reloj y lo encendió para ver la hora 11:25pm bajo de su cama y se puso sus pantunflas de beisbol. Abrió la puerta con cuidado y se asomó a las escaleras, no había nadie, bajo uno por uno los escalones y vio la puerta de la cocina abierta, se apresuró a entrar pensando que su mamá estaría ahí, pero no, Maggie no estaba en la cocina, así que se giró y dio unos cuantos pasos hasta estar en la sala. Miró hacia arriba y vio el cuarto de su mamá, se apresuró ya sin sentir tanto miedo y rápido subió las escaleras, abrió la puerta y su corazón volvió a latir fuerte, la cama estaba vacía, estaba confundido, donde estaba su mamá, miró al rededor de toda la habitación y vio la luz del baño encendida, se acercó y cuando entró al baño casi se cae al resbalar con el agua que estaba en el piso, y ahí estaba ella, dentro de la bañera, el se acercó y como pudo pudo la trajo hacia el, su cuerpo estaba frío, tenía los labios morados y había sangre saliendo se su oído. Estaba llorando abrazando a su mamá, que no despertaba, por más que la llamara ella no respondía no se movía, la tomó más fuerte y lloro aun más, - Escuchame, por favor, escuchame, tenemos que irnos de aquí, estoy sólo mamá, despierta- su voz entre sollozos y sus manos acariciando el hermoso rostro de su madre. Escuchó una de las puertas lanzadas con fuerza, y lo asustó, sabía que era el, así que salio del baño y cuando iba a salir del cuarto vio su bate de béisbol tirado al lado de la cama, lo tomo y salio del cuarto, pero Frederick venia subiendo las escaleras y lo vio, harry corrió hasta su cuarto pero frederick lo alcanzó antes de que pudiese cerrar la puerta, harry tropezó con el pie de la cama y cayó, Frederic se abalanzó sobre el y este intento safarce dándole patadas. - Te vas a morir igual que tu madre, oíste?- Harry miró los ojos de su padrastro y lo pateó en la cara este bajó la cara y sacudió la cabeza y harry pudo ponerse de pié, Frederic lo agarró por una pierna pero el niño sin pensarlo estrelló su bate en su sien, la cara del hombre rebotó en el piso y harry volvió a golpearlo una y otra vez, el bate estaba lleno de sangre y harry tenia toda la cara y la camisa salpicada.

Bajó las escaleras y llamó a la policía. Sirenas retumbaban en sus oídos y un tumulto de gente se asomaban a ver.

Paranoia (Harry Styles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora