Capítulo 34: Sentir

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Cristian

—¿me estás jodiendo? – pregunté.

—no. – me respondió por el celular. —¿no crees que estamos llegando demasiado lejos? – pregunté y solo lo escuché reírse. —Scarlett no nos ha hecho nada. – agregué.

—¡agg! – se quejó. —últimamente te pones muy aburrido. – definitivamente esto era a lo que yo no estaba acostumbrado pero que Oliver y Tamara parecían hacer con tanta normalidad.

—Oliver te llamo luego, llamaré a Tamara. – le dije un poco asustado.

—¿sucede algo? – preguntó mi hermano.

—no, nada. – respondí inconforme.

—desde la visita de esa chica a la veterinaria no te he visto igual. – me respondió mientras le daba un sorbo a su taza de té.

—ella es una compañera del colegio. – me defendí.

—y por lo visto una que te llama bastante la atención. – se burló.

—no molestes. —dije risueño.

—solo invítala a salir – se quejó.

—no es tan fácil. – le respondí volteando los ojos.

—¿tiene novio? – me preguntó curioso.

—no – dije y pensé. —bueno, solo un supuesto mejor amigo... — suspiré.

—uuuu. —dijo riendo. —adivino, no te deja acercarte a ella. –

—es como una competencia estúpida si me pongo a pensar. – pensé en voz alta.

—¿y ella a quién quiere? – me preguntó. —porque si lo quiere a él, no puedes obligarla a quererte a ti. En cuestiones de amor habla el corazón y el corazón por muy estúpido que parezca siempre tiene la razón. –

—pasar mucho tiempo curando animales te pone medio trastornado. – mencioné con sarcasmo y solo lo vi reírse mirando al techo.

—Cristian... — dejó salir en medio de un suspiro. —te cambiaste de colegio para ser mejor persona ¿no? –

Y precisamente esa era la razón por la que todo lo que está pasando me da vueltas en la cabeza, me cambié de colegio porque el chico al que molestaba intentó quitarse la vida, cuando conocí a Scarlett no puedo negar que la mirada de tristeza que poseía fue lo que llamó mi atención, no mentiré, cuando eres bully reconoces a la víctima a simple vista y eso fue lo que vi en ella, supongo que más que un querer sentimental es la necesidad de querer remediar mi error ¿pero cómo hacer las cosas bien cuándo estás acostumbrado a hacerlas mal?

Scarlett.

Últimamente falto demasiado al colegio, creo que nunca en mi vida he estado más ausente que este último año.

Que infierno.

De todos los clichés sobre el último año escolar tenía que tocarme el de la chica que llora en un rincón, al menos ya no estoy tan sola. Los tengo a ellos. No puedo evitar sonreír al recordar como cantábamos en el auto cuando viajamos a la playa.

Que soledad se siente en esta casa.

No sé nada de Roberts y ya han pasado tres días, solo han venido unos cuantos abogados a dejarme notificaciones de la empresa y algunas cuentas de tarjetas de mi padre que pagar y bueno, como se manejar esas cosas he podido tramitar algunas y otras pedí ayuda a la mamá de Sofi.

— dime – hablé contestando al celular.

—ábreme la puerta o armaré un escándalo – exigió.

¿Todo fue un sueño?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora