18/04/2015
- Es imposible -fruncí el ceño- Ella debe estar perfecta, Elena, dime que esto es una broma.
- Spencer -tomó mis manos por encima del escritorio- Sé que le quieres mucho, pero, ella está empeorando.
- Hace dos semanas estaba mejor que nunca Elena, ¡esto no es posible! -me levanté bruscamente de la silla.
- Tiene esquizofrenia, no es algo fácil, no es como una gripe, Spencer -se levantó y puso su mano en mi hombro- Ya verás que ella no lo volverá a hacer.
- ¿Por qué lo hizo? ¿Alguien la provocó? -negó con la cabeza.
- Ella sólo trato de salir un rato al patio, me dijo que quería buscar al señor gato -hice una mueca.
- El señor gato sólo aparece por las noches, estoy seguro que esto es algo más Elena.
- Te preocupas demasiado. Ya te dije, tiene esquizofrenia -suspiró.
- Lo dices como si estuviera loca -cerré los ojos ante lo que dije- No me contestes eso -suspiré pesadamente.
- Estará sedada unos días solamente, la próxima semana podrás verla como siempre -me dio una sonrisa reconfortante. Asentí sin ganas y la abracé.
- ¿Puedo pasar a verla ahora? -le pregunté.
- No deberías, pero estoy segura que ella me gritaría si no te dejara pasar -sonreí torcidamente.
Salimos de la oficina, dirigiéndonos a la habitación de Paige.
"Tuvo un ataque de pánico, empezó a golpear a varios pacientes, se golpeó a ella misma, salió de si misma. En este momento se encuentra sedada, y su estado no es grave, pero tampoco algo por lo cual no preocuparnos."
No lo quería creer.
Este lugar era mejor que el antiguo hospital, aquí no le hacían daño, no la torturaban con agua fría de alta presión, los médicos no la hacían sentirse intimidada... o eso era lo que sabía.
Descarté ese pensamiento, si le hicieran daño, Paige me lo diría, Elena me lo diría.
Voltee a mirar a Elena.
Se notaba cansada, como si no hubiera dormido las ocho horas que necesitaba. Tenia unas terribles ojeras debajo de los ojos, caminaba un poco más lento de lo normal, y su voz era un tono más bajo que la semana anterior.
Algo andaba mal, definitivamente.
Pasamos por los vacíos pasillos hasta llegar a la habitación de Paige.
- Te dejaré a solas con ella, no intentes despertarla, no podrás, y si lo logras, podría hacerte daño, a ti, y a ella misma, y no queremos eso, ¿cierto? -negué- Sólo será media hora, ya es tarde para una visita y debes volver a casa -asentí no muy convencido.
Eran a penas las 5:35 p.m. según vi en mi celular después de que Elena regresara a la oficina. Demasiado raro, aun para un lugar así.
Dejé mi mochila, con cuidado de no hacer ruido, a un lado de la cama de Paige. Sabía que no iba a despestar sólo con el sonido de una mochila en el suelo, pero no la quería molestar en sus sueños.
La miré, tenía una aguja en su brazo, por donde pasaba el sedante que hacía que durmiera plácidamente sobre la cama, cubierta por las sábanas blancas.
- Hey, hola -sonreí sin despegar mis labios- Sé que tal vez no me escuches, pero quería que supieras que estaba aquí, como todos los sábados -tomé su mano y la acaricie con mi pulgar.
La miré detenidamente.
Su cabello desordenaso, sus ojo cerrados, haciendo que se vieran relajados. Sus largas y delgadas pestañas chocaban con su piel, su piel estaba pálida, sus mejillas no tenían ese color rosado claro, sus labios estaban sellados, no se le notaba feliz, pero tampoco triste, su respiración era lenta y tranquila.
Se veía hermosa, aunque no estuviera saltando de un lado a otro, ni corriendo, ni dibujando o pintando, mirando a un punto dijo, hablándome sobre Li, o Lia, o haciéndome sentir un idiota cuando su lado intelectual salía a flote.
Era hermosa, ella en sí, simplemente, era hermosa. Y no me cansaría jamás de decirlo.
Iría por la calle deteniendo a cada persona que me encontrara sólo para decirles cuán hermosa era Paige Savey.
Miré su mano, yo apretaba ligeramente mis dedos alrededor, pero los de ella no tomaban la mía. Entrelazé nuestras manos. Después besé el lomo de su mano.
- Espero que no estés escuchando esto, por que sé que si lo hicieras, después me molestarías por ser tan cursi -sonreí- Pero eres hermosa, aun sin intentar serlo -suspiré- Y no hablo de tu belleza externa, que claramente posees. Habló de tu belleza, de tu verdadera belleza, esa que pocos podemos aprender a ver, y que muy pocos se dan el tiempo de contemplar, así como yo lo hago.
》Esas pequeñas cosas que te identifican como Paige Savey. Que aveces ni pareciera que tienes esquizofrenia, algún problema en sí.
》Aunque no me gusta referirme a ello como problema, o enfermedad, pero lo es.
》 A veces me gustaría ir contigo por un helado, o al cine, a caminar o ir a montar un caballo, del cual me caería y tu reirías de mi por ser tan despistado. Quiero ir a ver las estrellas junto a ti, escuchar una canción, mostrarte esas bandas que tanto me gustan, ver una caricatura, o una serie todo el día, jugar video juegos, y comer pizza. Y después de todo eso, y terminar agotados, dormir a tu lado, en el sentido más inocente de la palabra. Abrazarte fuerte.
》 Y cuando despiertes a mitad de la noche por una pesadilla, besarte hasta que tus demonios desaparezcan.
》Y quiero que sepas Paige, que no eres bella, ni hermosa. Eres preciosa, tienes una muy peculiar preciosura, que hace que me enamore cada día más de ti.
》Por que, sí, Paige Savey, estoy completa y locamente enamorado de ti.

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Esquizofrenia.
Teen Fiction"Claro que sí. Volveré por ti" " - Tú, ¿crees en los demonios? - Cómo no voy a creer en ellos, si viven en mi cabeza." "- ¿Le pusiste así por el señor gato? - Le puse así por ti." " -Spencer, creo que estoy enamorada de ti." " - Te amo Paige. - Yo...