02/05/2015
- Y dijo que estaba enamorada de mi, Elena -sonreí cuando terminé de contarle todo lo ocurrido la semana pasada.
Desde que empezó a hacerme preguntas, hasta que dijo: "Spencer, creo que estoy enamorada de ti", me sonrojé, le di un beso en la mejilla, salí corriendo, llegando a mi casa con la respiración agitada, encerrandome en mi habitación por lo avergonzado que estaba.
- Y saliste corriendo -dijo Elena con cierta gracia.
- Me emocioné, no supe que hacer, creo que está molesta conmigo -cambié la sonrisa por una mueca y suspiré.
- No creo que esté molesta -la miré- Me estuvo hablando toda la semana de ti -rodó los ojos y yo reí nervioso- Créeme, toda la semana -me sonrió. Miré mis pies, poniéndome rojo de nuevo- Spencer -subí la mirada- No quiero que lastimes a Paige -fruncí el ceño.
- Jamás la lastimaría, estoy enamorado.
- Jamás es una palabra fuerte.
- Como mi amor por ella -murmuré.
- Spencer -inflé las mejillas- Paige no es normal, y lo sabes -asentí- Y no quiero que salga con el corazón roto, es como mi hija -bufé- Tampoco quiero que tú termines con el corazón roto.
- No le rompería el corazón. Y si ella rompe el mío, está bien, ya está muy roto.
Le sonreí y ella también. Sabía que no quería que ninguno de los dos saliera lastimado.
Pero los dos ya estabamos completamente rotos de alguna manera.
- Algún día tendrás que contarme tu historia Spencer, y tendrás que explicarme como es que te gusta ayudar a los demás, cuando tu también tienes tus propios problemas -sonreí.
- Estoy roto por dentro, y aún así me gusta arreglar a las demás personas, por qué esas personas también están rotas, y nadie merece estarlo -asentí- Pasemos de mí. Ya llegará el día en el que cuente toda mi historia, pero no será hoy -me sonrió. (N/A: Esto es algo que yo realmente diría c:)
Le había contado tanto a Elena antes, le había confiado muchas cosas, sabía que tenía mis problemas, aunque no sabia cuáles, y aún así se preocupaba, creo que es por eso que la consideraba mi segunda madre.
- Creo que es hora de la visita, ¿no? -asentí- Vamos -se levantó de su silla y yo la imité. Salimos de la oficina, caminando hacia la habitación de Paige. Acomodé con cuidado la mochila en mi hombro.
Mr. Cat se encontraba en mi mochila, y pedía con todas mis fuerzas que Elena no se diera cuenta.
Cuando estuvimos frente a la puerta con el número 203, Elena sacó unas llaves, e introdujo una en la cerradura, para después girar el picaporte y poder entrar los dos a la habitación.
Fruncí el ceño.
La puerta jamás estaba cerrada con llave…
- ¡Spencer! -me abrazó y yo la abracé.
- Hola Paige -sonreí. No estaba como la semana pasada, ahora era la Paige alegre y animada.
- Hola -dejó de abrazarme y se puso a mi lado, mirando a Elena con una cara tierna. Elena suspiró.
- ¿Qué pasa Paige? -preguntó divertida.
- ¿Ahora si podemos ir afuera? -Elena hizo una mueca- Por favor -pidió Paige.
- Bueno, ¿por qué no? Ya ha pasado una semana, supongo que estás mejor -Paige sonrió.
- ¿Vamos, Spencer? -asentí y ella tomó mi mano.
- Andando.
Elena se quedó en su oficina, tenia que hacer unas cosas, relacionadas con otros pacientes a los que cuidaba. Nosotros bajamos las escaleras riendo y bromeando llegando así al jardín, donde Paige se aferró a mi brazo nerviosa, mientras pasábamos por en frente de algunos pacientes, que eran mínimos.
- Mira, hay que sentarnos aquí, no hay nadie, está un poco alejado, y no estarás tan nerviosa -le sonreí con ternura, tratando de que se relajara un poco.
- Está bien -dijo con una sonrisa, sentándose en el pasto rompiendo nuestro contacto. Me senté en frente de ella, poniendo la mochila a un lado, para después sacar a Mr. Cat de ella- ¡Lo has traído! -dijo Paige con emoción reflejada en su rostro- Hola pequeño, te había extrañado tanto -sonreí.
Pasamos un rato jugando con Mr. Cat, hasta que Paige lo puso en sus piernas, acariciando detrás de su oreja, haciendo que este se quede dormido al poco tiempo.
- Pasamelo -murmuré. Paige lo tomó en sus brazos con cuidado, me lo pasó, y lo puse encima de la mochila para que durmiera un rato ahí.
- Spencer -giré mi mirada- ¿Por qué saliste corriendo la semana pasada? -preguntó Paige con la voz apagada. Hice una mueca y me moví hasta quedar a su lado- Sólo te fuiste, dejándome sola.
- Lo sé, y fui un tremendo tarado por hacer eso -pasé un brazo por sus hombros- Pero no estaba pensando claramente, estaba muy emocionado, y avergonzado, así que salí corriendo -asintió.
- ¿Te fuiste por que no te gusto lo que te dije? -me miró.
- Me fui por que me encantó lo que dijiste -me sonroje y mordí mi labio, pasando una mano por mi cabello.
- ¿De verdad? -la sonrisa volvió a sus labios, y sus mejillas estaban levemente rojas. Asentí y la acerqué más a mi.
Nadie dijo nada más en un rato, yo estaba nervioso, mi corazón estaba latiendo muy fuerte, no sabia que decir o hacer. Y Paige solo estaba recargada en mi hombro.
- Spencer -dijo- ¿Te puedo hacer otra pregunta? -murmuró.
- ¿Otra más? -dije con gracia. Ella asintió- Claro -me acomodé y la miré a los ojos.
- ¿Tú has besado a alguien? -asentí sonrojado.
- Si, ¿por qué?
- ¿Me besaría a mi? -dijo tierna, con un brillo en sus ojos, y jugando con sus dedos.
Me quedé congelado, no sabia que responder, estaba nervioso.
Nos quedamos en la misma posición por unos minutos, que se sentían como horas. Hasta que Paige bajó su mirada. Entonces reaccioné.
La tomé de la barbilla, subiendo su mirada hacia mi, miré sus labios y me acerqué a ella. Nuestras respiraciones iban rápidas.
Acaricié su mejilla.
Cerré los ojos.
Y la besé.

ESTÁS LEYENDO
Esquizofrenia.
Teen Fiction"Claro que sí. Volveré por ti" " - Tú, ¿crees en los demonios? - Cómo no voy a creer en ellos, si viven en mi cabeza." "- ¿Le pusiste así por el señor gato? - Le puse así por ti." " -Spencer, creo que estoy enamorada de ti." " - Te amo Paige. - Yo...