31/01/2015

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31/01/2015

- Hola Spencer.

- Hola Elena, ¿Dónde está Paige? -Dije entrando y cerrando la puerta de la habitación de Paige. Elena suspiró- ¿Está bien? ¿Elena?

- Si, si, está bien. Está en su terapia, ayer no la tomo, así que en este momento se la están dando.

- Supongo que eso es bueno -asintió- Entonces, ¿por qué estás tan nerviosa?

- Ven aquí.-se sentó en la cama de Paige, y yo me senté a un lado de ella.

- ¿Qué pasa?

Elena se quedo mirando un punto fijo en el suelo, mientras yo estaba jugando con mis manos intentando calmarme, tenia un mal presentimiento desde que llegue, Paige no estaba en su habitación, ni en ningún lugar al que tenga permitido el paso, así que aún no la había visto, estuve rondando un rato por el hospital, intentando familiarizarme con el lugar.

Pero aún no me irradabia confianza ni un solo ladrillo del hospital.

- Paige no ha mejorado.-frunci el ceño.

- ¿Qué?

- Paige lleva varios meses aquí Spencer, tu la conoces desde hace un mes -asentí- Pero, ella no ha mejorado en su estado. Ella está más feliz, más energética, y sale un poco mas desde que llegaste. Pero su estado médico -carraspeo- Todo sigue igual, no ha mejorado, no muestra avance -me miró- Tiene esquizofrenia, sí, y eso es algo complicado, también, pero, en el tiempo que lleva aquí, debería de mostrar avances médicos, y no los hay.

Guarde silencio un momento.

Era cierto, desde que la conocía, Paige es la misma persona, no ha cambiado en nada, pero eso me gusta.

Y me costaba creer que yo no haya dejado de ir.

Jamás me imagine ser amigo de alguna persona con una enfermedad mental.

Y ahora, Paige me preocupaba, me importaba, y quería que mejorara, por que nadie merecía eso.

Y que no mejorará en cierto modo me daba miedo.

- Lo entiendo, pero, no le veo lo malo, su avance no es como el de otros pacientes, es normal, todos son diferentes.

- Lo que no ves, es que este lugar no tiene a las mejores personas del mundo, y pueden hacerle mucho daño a Paige, solo para que mejore, para curarle, y que la puedan hechar de aquí. -me levante.

- Me he dado cuenta de que aquí no son buenas personas, ni siquiera son personas, los médicos parecen monstruos, ¡Son unos monstruos!

- Baja la voz, si te escuhan, nos podemos meter en problemas -se levantó y puso sus manos en mis hombros- Necesito que te calmes, Paige es como mi hija, y no dejaré que le hagan daño, pero aunque intente de todo, no puedo ir contra los médicos, mucho menos contra el director.

- ¿Por qué no renuncias? ¿No sería mejor?

- Por supuesto que no, soy la enfermera de Paige, si renunciara, que puedo hacerlo, a Paige le harían el peor de los daños, y creo que ninguno de los dos queremos eso -baje la mirada y negué- Ella estará bien, yo la estoy intentando proteger.

Tocaron la puerta.

- Abriré yo, siéntate e intenta relajarte.-me dijo Elena con una sonrisa cálida. Le sonreí y fui a sentarme en la cama. Puse mis manos en mi cara intentando no pensar en ningún daño posible hacia Paige.

- Dios mio Paige.-escuché decir a Elena. Subí la mirada para saber que pasaba y me levanté de golpe cuando vi en el estado en que venía Paige.

- ¿Spencer? -me llamó, fui hasta su lado y la estreche entre mis brazos para que entrara en calor. Estaba empapada, su ropa estaba fría y las pequeñas gotas que caían por su cara y cuerpo, eran tan frías que quemaban.

No podía articular ninguna palabra. Paige venía de su maldita terapia, la terapia ayudaba, o eso se suponía.

- Elena tenemos que hacer algo -murmuré con miedo.

- Metela al baño, muévete.-me dijo Elena corriendo hacia el baño, se escuchó como abría la llava de la bañera.

- Tengo mucho frío…no puedo moverme…-murmuró Paige.

- Tranquila, todo esta bien, entrarás en calor en un momento, ¡Elena!

- ¡Cargala hasta acá!

Pase uno de mis brazos por la espalda de Paige y la otra por debajo de sus piernas, y la cargue como a un bebé.

Camine con ella en brazos hasta el baño.

- Déjala en la bañera.-hice lo que me indicó Elena.- Le ayudaré a bañarse, esperanos afuera.-no dije nada y simplemente salí.

No podía ver así a Paige sin sentir una gran presión en el pecho.

La he visto solo varios días, por varias semanas, pero, ella se ha vuelta una parte de mis sábados, una parte de mis semanas, una parte de mis meses.

Una parte de mi vida.

Y me dolía ver como aquellos médicos le hacían daño.

Aunque no deberían de hacerse llamar médicos, cuando en vez de ayudar a los pacientes, lo único que hacen es dañarlos de la peor manera posible.

Suspiré pesadamente y me recosté en la cama.

Escuchaba a Elena y Paige hablando entre sí.

Paige, Paige, Paige.

Era en lo único que pensaba en los últimos días, realmente quería sacarla de ese lugar, lo peor del caso es que no podía.

- Acuestate -le dijo Elena a Paige, me quite para que se acostara. Paige traía otro uniforme del hospital, seco y limpio.- Necesito que la cuides unos minutos Spencer, iré por sus pastillas.-asentí y Elena arropó a Paige, después salió de la habitación.

- Paige…

- Ellos son unos monstruos Spencer Coulby, ellos son unos monstruos…

- Lo sé, son los peores.

- Ni siquiera Li pudo detenerlos, le pedí ayuda al señor gato, pero él no puede entrar al edificio, pedí y suplique por ayuda, pero nadie parecía oirme.

- Si yo hubiera estado ahí, te hubiera ayudado.-la tome de la mano.

- Tú eres una buena persona Spencer.

- Tú también lo eres Paige.

Ella asintió y me sonrió. Notaba que estaba temblando.

Estaba casi cien por ciento seguro de que es lo que le habían hecho.

La habían sometido a un método con agua.

Los mojaban con una manguera, pero esa manguera era de mucha presión, y era agua helada, tenían suerte de que no murieran por hipotermia.

- Son como unos demonios Spencer.

Nos quedamos en silencio un momento y después hable.

- Tú, ¿crees en los demonios?

- Cómo no voy a creer en ellos, si viven en mi cabeza.

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Gracias por las 750 leídas♡

xa.

Esquizofrenia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora