Capítulo 4

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Suni: ¿Entonces Miyeon y tú irán a una fiesta hoy? -Preguntó a Yuqi mientras le daba una cucharada de cereales al pequeño Lucas y corría apresuradamente a dar vuelta a los panqueques para sus otros hijos.

El comedor era pequeño, con apenas seis sillas para trece personas, pero no era algo que a Miyeon le importara.

Comer de pie no le incomodaba, y tampoco tener que estarse moviendo continuamente para que su madre adoptiva pudiera rodear la mesa. Tenía una familia y eso era todo lo que realmente le interesaba.

Yuqi: Si -Asintió quitándose un auricular del oído. El otro lo estaba usando Chuu a su lado, y lo más seguro es que alguna canción de Beyonce se estuviese escuchando-. Soojin y Chuu decidieron quedarse a ver una serie .

Soojin: Cobra Kai es increíble -Murmuró sentada en el suelo, para por fin llevarse un enorme bocado de panqueques a su boca.

Suni: Supongo que iras con Soyeon -Intuyó.

Yuqi: Así es -Afirmó con una sonrisa. La chica podía no ser de lo más sociable del planeta, pero hacía feliz a Yuqi y eso era todo lo que importaba.

Suni: ¿Y con quién irás tú, Miyeon?

Miyeon: Iré con Kai -Respondió en cuanto consiguió tragarse un enorme bocado de panqueques que se había metido a la boca-, lo cual me aterra porque el pobre es tan gay que posiblemente se colocará un vestido rosa….

Doyun: Pensé que irías con esa chica del restaurante -Murmuró extrañado detrás de su periódico.

Sintió las mejillas arder cuando sus diez hermanos y Suni se giraron a mirarla con los ojos bien abiertos.

Miyeon: ¿Cómo… cómo sabes de eso? -Tartamudeó.

Doyun: Estaba reunido con mi jefe en la mesa del fondo. Estoy seguro de que no me viste… Estabas demasiado ocupada mirando ese cuadro del panda… y a esa chica.

Yuqi: ¡¿Por qué no me contaste, Miyeon?!

Miyeon: Fué solo un almuerzo -Respondió apresuradamente-. No fué nada importante.

Lo cierto es que si lo había sido, pero el contárselo a sus hermanas implicaba que estas la obligasen a llamar a Minnie.

Doyun: No parecía ser “solo un almuerzo”. Te veías bastante entretenida.

“Gracias, Doyun”

Suni: ¿Es bonita?

¿La apoyaban con el tema de su sexualidad? Por supuesto que si. La amaban. Amaban cada detalle de ella, desde la forma rápida en la que comía hasta sus débiles ronquidos en la noche. La amaban más de lo que sus padres biológicos lo habían hecho.

Miyeon: Bastante -Afirmó. No podía mentir-. Deberías ver sus ojos. Son increíbles.

Sana: Tal vez deberías presentárnosla -Sugirió dulcemente. No había curiosidad en ella como en sus padres y hermanos adoptivos, ni enojo como en Yuqi, solo el profundo deseo de ver a Miyeon feliz.

Y esa era su pequeña hermana biológica, siempre logrando hacerla sonreír. Si había algo que le agradecía a Suni y Doyun más que haberla adoptado, era que no la separaran de su hermana menor, lo único bueno que sus padres biológicos le habían dado.

Miyeon: ¡Solo comimos sushi! ¡No es para tanto!

Doyun: ¡Claro que si! ¡Incluso pagó por ti!

Yuqi: ¡¿Cómo es que papá sabe más de tu cita que yo?! ¡¿Acaso no me quieres?!

Miyeon: Bien. Lo contaré acá para que luego Chuu no me chantajee con esa foto de bebé donde muestro mis nalgas y para que Soojin no me obligue a hablar con ella en secreto -Cedió frustrada.

La tatuadora de libélulas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora