Al sexto mes, ellas hicieron el amor por primera vez.
Todo comenzó como un día normal, pues los grandes momentos no anuncian su llegada con trompetas. Miyeon llegó temprano a la tienda de tatuajes, Minnie estuvo allí a la hora indicada, un par de clientes pasaron por sus manos…
Salieron a las cinco y se dirigieron al restaurante de siempre. No se sentaron en la mesa del centro ni en aquella que usaban cuando se reunían con Yuqi. Se sentaron en una mesa de los alrededores, esa que está lo suficientemente alejada como para que no seas el centro de atención y que no permite que te ignoren por completo.
Minnie llevaba una camiseta azul y unos pantalones grises algo holgados. También estaba usando zapatos deportivos. No había beanie, ni gafas de sol, ni una chaqueta. El color negro se había marchado. Tampoco había un aire de superioridad en su rostro.
Aún así, el unicornio estaba allí.
Minnie: ¿Sabes qué mes es? -Preguntó mientras alzaba las cejas y sonreía levemente mientras apoyaba su barbilla en sus manos.
Miyeon ya no se fijaba en las vendas de sus muñecas… Supongo que había terminado por aceptarlas.
Miyeon: ¿Febrero? -Había confusión en su voz.
Minnie: ¿Sabes lo qué eso significa?
Miyeon: ¿Qué es… Febrero?
Minnie rió ante esto y negó con su cabeza lentamente.
Minnie: La primera vez que nos vimos era febrero, My -Le recordó-. Seguro lo recuerdas… Yo me veía increíblemente sexy ese día.
La tatuadora lo recordaba, pero no con nitidez. Es extraño, pero a veces olvidamos las cosas realmente importantes.
Miyeon: Sigo sin entender por qué no escogiste los tatuajes de Karina y Winter -Murmuró mientras le regalaba una hermosa sonrisa.
Minnie: Ya te lo dije hace algún tiempo amor. Tus tatuajes eran los únicos que tenían lo que yo estaba buscando.
Miyeon: Creo que también te he preguntado qué estabas buscando.
Minnie elevó una de las comisuras de sus labios y la miró antes de acariciar su mejilla con su mano, la cual Miyeon sujetó para dejar un beso en la suave piel de sus nudillos.
Minnie: Buscaba amor -Confesó-… No quería el mejor tatuaje del mundo. Tampoco quería un tatuador de calaveras y demonios… Necesitaba a alguien cuyas obras transmitieran tanto amor como el que yo sentía hacía mi abuela. Y se de amor y de arte, My… Puede que fuese una perra, pero el amor que tenía por cada una de mis pinturas era completamente puro. Aún lo es… Necesitaba una obra pura. Una obra llena de amor y pasión… Tal vez necesitaba una tatuadora pura también.
Miyeon habría respondido esto con una bonita frase, pero el oportuno mesero de siempre llegó con su pedido.
La Minnie con quien había tenido su primera cita le habría ordenado marcharse. Esa Minnie simplemente le agradeció.
Miyeon: Te amo -Le dijo mientras veía a la pintora llevarse un rollo de sushi a la boca.
La pintora la miró y sonrió dulcemente ante esto, así como un niño al que acaban de decirle que no tiene que ir a la escuela al día siguiente.
Y esa fue la primera vez en el que la pintora no comió el sushi como si fuese lo más increíble del mundo.
… Lo más increíble del mundo estaba justo frente a ella.
Minnie: ¿A qué viene eso?
Miyeon: A que realmente lo hago -Contestó-… Minnie, en los libros que leo, esos en los que las oraciones tienen sentido, las personas se enamoran unas de otras y terminan resolviendo sus problemas. Ya sabes, se salvan en situaciones de extremo peligro, dejan de ser asesinos seriales, mágicamente su cáncer se cura… A veces me he preguntado si es realmente amor o una deuda… También me pregunté qué sucedía con esas personas que tenían buenas vidas. Me pregunté qué sucedía con las tatuadoras de veinte años con diez hermanos y una vida que no habría cambiado a pesar de no disponer de todos los lujos…
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La tatuadora de libélulas
RomanceCho Miyeon es una joven tatuadora de veinte años. Aunque no esta en el podio de los mejores tampoco es realmente mala y todos sus clientes suelen salir de la tienda bastante conformes con su trabajo. Sus compañeros admiran la pasión que desbordan su...