Al tercer mes, Minnie ya no usaba chaquetas.
Miyeon no sabía como había sucedido, pero un día la vió entrando a la tienda de tatuajes con solo sus pantalones ajustados y una camiseta blanca con el logo de “Super Junior”.
No era como si le gustara, pues aquella camiseta le permitía a la tatuadora tener una vista privilegiada de sus pálidos brazos y la parte superior de sus pechos, pero aquella venda alrededor de su muñeca no le permitía admirarla completamente.
Miyeon: ¡Mimi! -Saludó al verla. Estaba sonriendo, y lo hacía de verdad.
Minnie: Veo que estás sola -Dijo con una dulce sonrisa antes de depositar un beso en sus labios y sentarse a su lado. Lo cierto es que la tienda había estado vacía la mayoría del tiempo, y hasta la llegada de Minnie, solo había tenido un cliente.
Miyeon: No ahora -Dijo con una sonrisa que le iluminó los ojos-. Jamás podría sentirme sola si estoy contigo, Minnie.
La joven pintora rió ante esto y se sonrojó levemente.
Minnie: ¿Qué libros lees, My? -Intentó burlarse. Quería hacer parecer que el halago era estúpido, pero lo cierto es que nadie jamás le había dicho algo tan dulce-. Seguramente esos que están de moda. Howe jamás habría dicho algo así.
Miyeon: Acepta que te encantó -Se burló alzando las cejas.
Minnie: No…
Miyeon: Minnie…
Minnie: Solo un poco, pero creo que el hecho de que seas mi novia tiene que ver con eso.
Miyeon: Me conformaré con esa respuesta -Había una gran sonrisa en su rostro-. ¿Dónde está tu chaqueta?
Minnie: En mi armario -Notificó-. Si voy a sufrir con el mundo, no quiero ocultarlo… El mundo sufre continuamente frente a nuestros ojos, pero están aquellos quienes se dan cuenta y los que deciden ignorarlo… Las personas pueden notar mi venda, My, o pueden simplemente pasarla por alto.
Miyeon: Yo la noto -Susurró dulcemente antes de sujetar su mano herida con cuidado-… Quiero hacer algo, Minnie… No me gusta ver esto en ti.
Minnie: El mundo está sufriendo My. Si quieres salvarme, salva al mundo.
Miyeon: Salvándote a ti, salvaré al mundo -Formuló con rapidez y esperó que una frase sacada de algún libro moderno la ayudara.
Minnie: ¿Por qué lo dices?
Miyeon: Porque tú eres mi mundo -Confesó, y aunque al leerlo en sus libros favoritos la frase era hermosa, decírsela a Minnie era mejor en todos los sentidos.
Minnie: Lamento decírtelo, My -Murmuró con tristeza-, pero tu mundo se cae a pedazos.
***
Solo tuvo un cliente más las siguientes horas, y el día fue tan poco provechoso que Choong-Min las envió a casa temprano.
Minnie era la única que parecía haber hecho algo en ese tiempo. Y con “algo” me refiero a hacer dibujos de Miyeon para admirar cuando estuviese sola.
Fueron a comer al restaurante de siempre, y ocuparon una de las muchas mesas de los alrededores.
Ya no importaba para Minnie Yontararak sentarse en la mesa central. Ahora lo único que parecía interesarle era estar con la tatuadora.
Minnie: ¿Te gustaría ir al parque el sábado?… Mi hermana vendrá a visitarme ese día y quiere ir porque cree que la naturaleza la ayuda a despejar su mente y todo eso. Ya sabes, está loca…
Miyeon: Como tú -Observó con una sonrisa.
Minnie: Puedes llevar a Yuqi si quieres -Propuso mientras ignoraba el anterior comentario de su novia-. Me agrada, ya lo sabes.
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La tatuadora de libélulas
RomanceCho Miyeon es una joven tatuadora de veinte años. Aunque no esta en el podio de los mejores tampoco es realmente mala y todos sus clientes suelen salir de la tienda bastante conformes con su trabajo. Sus compañeros admiran la pasión que desbordan su...