Capitulo 7

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Miyeon llamó a Minnie exactamente dos días después de esa noche durante su hora de descanso.

No quería hacerlo cuando Yuqi, Soojin o Chuu estuvieran cerca, pues sabía que la pondrían estúpidamente nerviosa y fue por eso que mientras se alimentaba de la comida recalentada en la parte trasera del estudio, presionó aquel botón verde.

Minnie atendió luego de dos tonos.

Minnie: Estudio de arte Yontararak, buenas tardes. ¿Puedo ayudarle en algo?

“¡Woooh!” Pensó “¿Es realmente Minnie Yontararak quien me está hablando?”

Había esperado algo un poco más informal. Más Minnie… “¿Qué mierda quiere?”, por ejemplo.

Miyeon: ¿Realmente estoy hablando con la chica que se desnuda frente a desconocidas sin pudor alguno? -Bromeó, y cualquiera que la hubiese mirado a los ojos en esos momentos se habría dado cuenta de que se estaba enamorando.

Minnie: ¿Miyeon?

Le gustaba hablar por teléfono con Minnie Yontararak, pues de esta forma podía notar el tono sorprendido en su voz y no sentirse extrañada por sus expresiones siempre neutras.

Cuando hablaba por teléfono, Minnie era humana.

Minnie: Pensé que no me llamarías -¿Era en serio? ¿Minnie Yontararak, esa que jamás parecía dudar de sus capacidades para hipnotizar a todo el que le pasara por delante, se había sorprendido con su llamada? -así que me alegra el doble que lo hicieras.

Una nerviosa e inevitable sonrisa se apodero de los labios de Miyeon.

Miyeon: ¿Realmente te alegra mi llamada, Minnie? -De verdad, no lo esperaba.

Minnie era perfecta, y ella… Miyeon era una simple tatuadora.

Minnie: Estaba tan desesperada por saber algo de ti, que habría saltado de felicidad con solo ver la foto de tu pasaporte.

Y así era como Minnie Yontararak hacía que su corazón palpitara dolorosamente.

Miyeon: Créeme, si vieras la foto de mi pasaporte, saltarías, pero no a causa de la felicidad…

Minnie: No creo que sea tan malo…

Miyeon: ¡Parezco un mono con problemas intestinales! -Se quejó entre risas, las cuales aumentaron cuando Lauren la imitó a través de la linea telefónica-… Tú, en cambio, debiste de salir perfecta…

No se imaginaba a Minnie Yontararak saliendo mal en una foto, ni siquiera en la del estúpido pasaporte.

Minnie: Debo admitir que me veo bastante bien -Reconoció, pero gracias a su tono de voz, la tatuadora supo que la pintora solo estaba bromeando.

Silencio.

Minnie:… Supongo que no me llamaste solo para alegrarme el día o para hablar de pasaportes… -Agregó, y aunque no la escuchaba decepcionada, había un poco menos de felicidad en sus palabras.

Miyeon: La última vez que nos vimos dijiste que querías pedirme algo… -No iba a mentirle.

Minnie: Tienes razón. Lo dije -A pesar de que no la estaba viendo, Miyeon supo que había sonreído, como si el hecho de que recordara sus palabras fuesen suficiente motivo como para hacer una fiesta.

Miyeon: ¿Qué quieres pedirme? -Si iba a recibir una propuesta indecorosa, quería tener la mayor cantidad de tiempo para insultarla por esto.

Minnie: Necesito que seas mi modelo, My.

De no haberse visto tan sorprendida, habría notado el cariñoso apodo que la joven había usado para referirse a ella.

Miyeon: ¿A qué…? ¿A qué te refieres? -Pero ya lo sabía.

La tatuadora de libélulas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora