Capitulo 15

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Luego de un mes, las cosas entre la tatuadora sin tatuajes y la pintora sin pudor estaban exactamente iguales.

Miyeon siempre llegaba cinco minutos antes al trabajo, y Minnie entraba a las doce a la tienda. La dibujaba hasta las cinco. Salían a las cinco y diez minutos y subian al auto de Minnie para ir a algún lugar. A las nueve, Minnie siempre se aseguraba de dejar a Miyeon en las puertas de su casa. Se enviaban mensajes hasta la media noche. Finalmente se dormían.

Y el proceso se repetía.

Aun así, la jornada nunca llegaba a ser aburrida.

Ese día, por ejemplo, Miyeon estaba recostada sobre el sucio sofá de la sala de estar de Minnie, quien se encontraba sentada en un sillón frente a ella con un lápiz y un cuaderno de dibujo entre manos.

Cuando no la pintaba, Minnie Yontararak la dibujaba.

Minnie: A veces me pregunto como haces para quedarte en esa tienda de tatuajes todo el día con ese suéter de cuello alto cuando estamos a más de treinta grados.

Miyeon: Todo por amor al arte, Mimi-Aclaró con una sonrisa.

Minnie: Tal vez deberías hacerte un tatuaje…

No era la primera vez que se lo decía.

Miyeon: Ya te lo he dicho, Minnie. No estoy lista.

Minnie: ¡Vamos, Miyeon! ¡No deberías pensarlo tanto!… Si quieres mi sugerencia: “Amo los pechos de Minnie” en tu frente no sería un mal tatuaje…

Miyeon: ¡Minnie! -Chilló divertida, y su mano se movió como si estuviese golpeando el hombro de la chica, cuando en realidad estaban tan lejos que ninguno de los dos podía tocarse.

Minnie: Está bien, lamento eso… -Pero realmente no lo hacía.

Miyeon rió nerviosamente.

Miyeon: He terminado el décimo octavo libro de Howe -Informó con orgullo luego de algunos minutos.

Aunque Howe estaba loco, leerlo podía resultar ciertamente interesante algunas veces.

Minnie: ¿Sigues sin comprenderlo?

Miyeon: Ni un poco -Afirmó con una enorme sonrisa en el rostro.

Minnie simplemente rió y negó con su cabeza varias veces, olvidando de esta forma el lápiz y el cuaderno de dibujo.

Minnie: ¿Quieres salir a cenar? -Preguntó mientras miraba el reloj. Eran las seis y cuarto.

Miyeon: ¿Cómo es que pasamos de hablar de mi no-tatuaje a Howe y luego a que me invitaras a comer? -Interrogó burlonamente.

Minnie: No lo sé, supongo que estamos locas -Resolvió con indiferencia-… Y si fuese tu aceptaría esa invitación. Es decir, vas a salir con Minnie Yontararak. Ya quisiera yo ser la afortunada -Agregó con cierta burla.

Miyeon: Entonces supongo que tendré que aceptar…

***

No fue sorprendente para Miyeon que Minnie comenzara a conducir hacia el restaurante donde habían tenido su primera cita.

Siempre comían allí.

Lo que si fue sorprendente es que Yuqi llamó a la tatuadora justo en medio del viaje.

Miyeon: ¿Qué sucede, Yuqi? -Preguntó dulcemente.

Fue cuando escuchó los sollozos tras la linea.

Yuqi: Soyeon terminó conmigo… Me dejó… Estoy sola… El cine… No sé cómo volver… Miyeon, por favor -Parecía desesperada-. Ven. Te necesito.

La tatuadora de libélulas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora