Luego de un mes, las cosas entre la tatuadora sin tatuajes y la pintora sin pudor estaban exactamente iguales.
Miyeon siempre llegaba cinco minutos antes al trabajo, y Minnie entraba a las doce a la tienda. La dibujaba hasta las cinco. Salían a las cinco y diez minutos y subian al auto de Minnie para ir a algún lugar. A las nueve, Minnie siempre se aseguraba de dejar a Miyeon en las puertas de su casa. Se enviaban mensajes hasta la media noche. Finalmente se dormían.
Y el proceso se repetía.
Aun así, la jornada nunca llegaba a ser aburrida.
Ese día, por ejemplo, Miyeon estaba recostada sobre el sucio sofá de la sala de estar de Minnie, quien se encontraba sentada en un sillón frente a ella con un lápiz y un cuaderno de dibujo entre manos.
Cuando no la pintaba, Minnie Yontararak la dibujaba.
Minnie: A veces me pregunto como haces para quedarte en esa tienda de tatuajes todo el día con ese suéter de cuello alto cuando estamos a más de treinta grados.
Miyeon: Todo por amor al arte, Mimi-Aclaró con una sonrisa.
Minnie: Tal vez deberías hacerte un tatuaje…
No era la primera vez que se lo decía.
Miyeon: Ya te lo he dicho, Minnie. No estoy lista.
Minnie: ¡Vamos, Miyeon! ¡No deberías pensarlo tanto!… Si quieres mi sugerencia: “Amo los pechos de Minnie” en tu frente no sería un mal tatuaje…
Miyeon: ¡Minnie! -Chilló divertida, y su mano se movió como si estuviese golpeando el hombro de la chica, cuando en realidad estaban tan lejos que ninguno de los dos podía tocarse.
Minnie: Está bien, lamento eso… -Pero realmente no lo hacía.
Miyeon rió nerviosamente.
Miyeon: He terminado el décimo octavo libro de Howe -Informó con orgullo luego de algunos minutos.
Aunque Howe estaba loco, leerlo podía resultar ciertamente interesante algunas veces.
Minnie: ¿Sigues sin comprenderlo?
Miyeon: Ni un poco -Afirmó con una enorme sonrisa en el rostro.
Minnie simplemente rió y negó con su cabeza varias veces, olvidando de esta forma el lápiz y el cuaderno de dibujo.
Minnie: ¿Quieres salir a cenar? -Preguntó mientras miraba el reloj. Eran las seis y cuarto.
Miyeon: ¿Cómo es que pasamos de hablar de mi no-tatuaje a Howe y luego a que me invitaras a comer? -Interrogó burlonamente.
Minnie: No lo sé, supongo que estamos locas -Resolvió con indiferencia-… Y si fuese tu aceptaría esa invitación. Es decir, vas a salir con Minnie Yontararak. Ya quisiera yo ser la afortunada -Agregó con cierta burla.
Miyeon: Entonces supongo que tendré que aceptar…
***
No fue sorprendente para Miyeon que Minnie comenzara a conducir hacia el restaurante donde habían tenido su primera cita.
Siempre comían allí.
Lo que si fue sorprendente es que Yuqi llamó a la tatuadora justo en medio del viaje.
Miyeon: ¿Qué sucede, Yuqi? -Preguntó dulcemente.
Fue cuando escuchó los sollozos tras la linea.
Yuqi: Soyeon terminó conmigo… Me dejó… Estoy sola… El cine… No sé cómo volver… Miyeon, por favor -Parecía desesperada-. Ven. Te necesito.
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La tatuadora de libélulas
RomanceCho Miyeon es una joven tatuadora de veinte años. Aunque no esta en el podio de los mejores tampoco es realmente mala y todos sus clientes suelen salir de la tienda bastante conformes con su trabajo. Sus compañeros admiran la pasión que desbordan su...