Capítulo 16: vacía, sola, mala.
Idris
Una vez alguien me dijo algo.
No recuerdo quien y no recuerdo dónde.
Pero no lo olvidaré nunca, pues estaba lleno de razón y es: La vida nunca será justa, incluso cuando creas que lo es, algunas veces estaras en ventaja, verás todo a tu favor y que nadie puede contra ti, te ves al espejo y te admiras a ti mismo, todo te saldrá bien.
Pero otras veces estaras en desventaja, verás todo nublando, que nada te ayuda, que no importa cuanto te esfuerces, no puedes ver los resultados y realmente es la mayoría de las veces, y aquí es donde debemos aprender a nadar contra corriente, sino está a tú favor, haz que lo este.
Prepárate suponiendo que nada te ayudará y que tendrás todo en tú contra y así el éxito estara más cerca.
Y bajo eso he basado toda mi vida pero nunca lo había tenido tan presente como ahora.
Una habitación oscura, con pequeñas luces que iluminaban puntos estrategicos para que solo se vieran ciertas partes y otras estuvieran sumergidas en las oscuridad.
Cuatro tipos más altos y obviamente con más fuerza que yo.
El primero un chico alto, rubio claro, musculoso, con cara de pocos amigos, también tenía unos ojos azules intensos, mandíbula marcada, a simple vista podía decir que era el chico deseado por todas pero que nunca buscaba algo serio.
A su lado estaba un tipo más bajo pero no mucho, tal vez unos cinco centímetros, más musculoso que el anterior, tenía unos ojos oscuros, pero no tanto como los míos y su cabello era oscuro, castaño oscuro diría yo, tenía una ligera sonrisa de broma y burla.
Juro que se la quitaré.
A su lado estaba el tercero, el más alto de todos, no tan fornido como los anteriores, moreno, y su rostro no estaba serio, sino en calma, y daba una iré maduro que no podría describir.
Aunque de los cuatro seguro era el más maduro he inteligente.
Y por último un chico tal vez de mi edad o menor, era alto, pero también era el más jóven de los cuatro y el más nervioso.
Novato.
Tenía cabello rubio oscuro con rizos, no podía ver bien sus ojos.
Los cuatro llevaban trajes de entrenamiento con la B bordada en el pecho.
Eran del equipo.
¿Líderes?
Tal vez.
Aunque dudo que el novato y sonrisa sin dientes futuros tuvieran madera de líderes.
Todos sacaron armas.
Esto se complicaba más.
El primero dos cuchillos, el segundo un bate, el tercero quedó a mano limpia y el último un sable.
Joder Sage me las iba a pagar.
Estos me iban a dejar mal.
Respire hondo, las manos empezaron a temblar pero las obligue a qué pararán.
La mente es más fuerte.
Lo se.
No iba a salir conciente.
Pero tan fácil no sería.
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El secreto de Idris y Tristán
RandomIdris tiene muchos problemas y cada vez que uno parece ser resuelto otro sale a la luz. Ella es Fuego ardiente y eso parece ser su única constante