Capítulo 33: Una despedida.

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Capítulo 33: Una despedida.

Tristán

Sage casi la sostenía en brazos, estaba débil, hermosa, pero débil, me causaba conflicto verla así, iba descalza, con la mano vendada, sangre en su cuello y toda despeinada.

Aun así tenía una entereza envidiable, estaba agotada, pero no lo demostraba.

Sage la sostenía como si su mundo girara en torno a ella, como si con eso impidiera que algo le hiciera daño, protegiéndola de todo, la abrazaba como si de ella dependiera su propia vida.

Ese hombre daría la vida por ella.

—¿Cómo está tu mano? — Idris noto que estaba ahí, me dedicó una mirada cargada de odio, pero de tranquilidad a la vez, Sage también me miró con odio por quitarle la atención de su vida, y ese era solo el principio.

—Arruinada básicamente — dijo como si nada.

Mi corazón paró por un milisegundo, me adelanté para tomar su mano vendada.

—El doctor dijo que nada funcional había sido tocado, pero todo lo exterior si, así que será más sensible para siempre, supongo— dijo mirándonos, estaba preocupada, podía notarlo, pero ella no lo expresaría.

—Hay más de doscientas chicas — dijo rápido — la única forma de sacarlas a todas es trayendo apoyo, rodeando el edificio y matando a todos los bastardos de aquí — dijo caminando de regreso — Ya tengo un plan.

—Claro — dijo Sage rebosando orgullo.

—¿Dónde está la salida?

Salimos relativamente fácil, Idris no dejó que Sage la llevará, a pesar de que insistió mucho.

Se veía decidida.

Minutos después estábamos en el campamento, después de que Idris hubiese dejado a todos en sus posiciones rodeando el edificio para que nadie saliera.

Recién secuestrada y dando órdenes como si el plan lo hubiera formado hace meses, tenía todos los puntos cubiertos, aun así mandó a buscar más refuerzos y más equipó.

—Me ducho cambio y nos vamos — nos dijo llegando a las carpas.

Rice salió corriendo a su encuentro y la abrazo fuertemente, de forma similar a la de Sage, ahí había algo, era obvio, Idris de forma más cansada correspondió, él no dijo nada, solo la abrazo.

Manuel lo parto, abrazo más suave a Idris, ella dejó caer todo su peso en él, el beso su cabeza y casi lloro.

—Pensé cosas horribles, confío en ti, pero desde de lo de Chris — Idris se tensó.

—¿Chris? — preguntó alarmada — ¿Dónde está?— ¿Cómo no había pensado en él?

Sage asesinó con los ojos a Manuel y Manuel se disculpó con la mirada.

—Idris, tenemos que decirte algo — Sage la tomó por los hombros — Chris fue herido — ella no entendía nada, pero lo presentía, lo esperaba, su cara lo expresaba — no se salvará.

A diferencia de Manuel no hubo un llanto silencioso, a diferencia de Rice no hubo rabia, a diferencia de Sage no hubo negación, no hubo estado de somnolencia, ella simplemente se quedó quieta, su mirada se endureció y me miró.

—¿Vito tiene hijos? — esa pregunta me pareció rara.

— Dos.

—Edades.

— 8 y 22 — ella asintió.

—¿Dónde están?

—Estudiando en un colegio y universidad extranjera, en el registro está — ella volvió a asentir.

El secreto de Idris y Tristán Donde viven las historias. Descúbrelo ahora