Capítulo 25: Nuevo liderazgo.
Idris
¿Qué tu propia madre te traicione?
Es doloroso, se supone que tu madre, es tu apoyó incondicional, es la constante, es en lo único que puedes confiar cuando todo se ha derrumbado, pero a veces, no es así.
Y una traición duele, sea esperada o no, pero que esa traición venga de la persona que te ha visto crecer, es aún peor.
A mí no me dolió tanto, me molesto, me enfado, ya lo veía venir, quise confiar en ella, pero su mirada transmitía frialdad, su sonrisa estaba muy preparada y sus abrazos eran demasiado distantes.
No sabía exactamente que pasaba por la cabeza de Manuel, sé que le dolió, pues Manuel lo dijera o no, esperaba poder llevar una relación bonita con Pamela.
Pero el más afectado era Sage, aunque intentará ocultarlo con una cara de indiferencia, sus ojos grises no podían, él era el verdadero traicionado, confiaba en ella ciegamente, más que en cualquier otra persona.
Pamela desapareció por las escaleras, Sage no tardó en seguirla, yo no tardé en seguirlo a él y Manuel no tardó en seguirme a mí.
Sage entró hecho una furia en el despecho de la víbora traicionera.
Cuando llegó estaba respirando pesadamente y tenía las manos en puño, puse mi mano en su espalda y con ese toque cerró los ojos y dejó escapar una bocanada de aire.
—Quiero que me expliques a qué se debe todo esto, porque no quiero sacar conclusiones erróneas— enojado y todo, todavía se dirigía a ella con el respeto adecuado.
—¿De qué hablas hijo? — dijo con una sonrisa, ¿Cómo se atrevía a llamarlo hijo? — Solo creo que ya es hora de retirarme, y ustedes están más que preparados para encargarse.
Sage dudo.
—Dijiste que tu retiro, sería en dos años— dijo más bajo.
—Hijo, tú estás más que listo, eres el jefe desde hace tiempo, todos te respetan, y eres un líder indudablemente bueno — eso no era mentira, pero no me gustaba nada como estaba manipulando a Sage — ¿Qué puedo decir de Idris? Tiene una mano dura, perfecta para mantener a todos en su lugar, pero también está aprendiendo a ser más compasiva, ya es la jefa para muchos — retiré la mano de la espalda de Sage — y sé que ustedes dos se encargarán, de enseñarle a Manuel lo necesario.
Sage no dijo nada, le había creído, no lo podía culpar.
—¿O sea que esto no tiene nada que ver con las armas que nos hiciste robar? — Después del problema con Manuel pude pensar, y analizar todo lo que había pasado.
El ceño fruncido de Sage no tardó en aparecer.
—Corrección. Recuperar, mi niña— dijo Pamela sentándose.
—Corrección, Robar, traidora — la miré con una sonrisa — ¿O crees que no me di cuenta? — su actitud cambió completamente y se notó asustada — Tal vez lo hubiese notado antes de no ser por el disparo.
—¿De qué hablas, Idris? — la voz de Sage se escuchaba ligeramente afectada. Casi imperceptible.
—Las armas del arsenal eran iguales, de la misma marca, del mismo tipo, a las que usaban los hombres de Flores.
—¿Y eso qué? — preguntó Pamela levantándose, a la defensiva.
—Como debes saber —dije mirándola — y tú también Sage — lo mire a él — cada organización trabaja con un tipo de arma diferente, de acuerdo a sus preferencias, y aunque puede haber coincidencias, investigué el tipo de armas que utilizan nuestros "amigos" y no son del tipo que robamos.
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El secreto de Idris y Tristán
RastgeleIdris tiene muchos problemas y cada vez que uno parece ser resuelto otro sale a la luz. Ella es Fuego ardiente y eso parece ser su única constante