Me gustaba mirar las luces de la ciudad por la ventana. Los coches de allí abajo llevaban a la gente a sus trabajos, a los niños al colegio...la vida seguía. Para mí, aquella era la ciudad del pecado, y no, no estaba en Las Vegas, era New York, sede del edificio de Naciones Unidas, la ciudad donde puedes encontrar personas de todas las razas, países, lenguas y religiones, la ciudad que nunca duerme
- Mamá, ¿estás lista?.-
Giré a mi espalda, donde la sonrisa de mi pequeño me recordó porqué seguía luchando. Él era el motor de mi existencia, el único que me mantenía cuerda.
- Sí, cariño. ¿Tienes todo listo?, ¿el almuerzo y los deberes?.-
- Uf, casi lo olvido.-
Le vi girarse a la cocina y correr en busca de su fiel mochila de Bob Esponja.
- ¿Volverás pronto?.-
Sentí el aliento y la nariz de Leopold acariciando mi cuello, cerca de la oreja. Le gustaba hacerlo, las dos cosas; oler mi piel así de cerca y provocarme un sobresalto. Mi miedo era lo que me mantenía a su lado, y mi olor era el motivo. Bueno, mi olor y algo más. Asentí para contestarle. había veces que no hacía falta que le hablara, es más, él solo quería que cumpliera sus deseos, no hacía falta nada más.
- Bien, Favio te acompañará y se encargará de todo.-
- Como siempre.- él sonrió, y acercó su boca a mi cuello.
Sentí la humedad cuando sus labios se posaron sobre mi piel. Sentí el contacto de su lengua cuando me acarició con ella. Y sentí la ligera presión de su colmillo cuando raspó cerca de mí yugular. Le gustaba dejar claro que le pertenecía, que toda yo era de su propiedad, y que tomaría cuanto quisiera de mí. Y yo dejaría que lo hiciera, porque de no ser así, me quitaría lo único que amaba en este mundo, a mi pequeño.
- Ya lo tengo, ¿nos vamos?.-
- Claro que sí.-
Sentía la mirada de Leopold sobre nosotros, mientras nos íbamos, cómo siempre. Sabía que sonreía, siempre lo hacía. Éramos su mayor tesoro, bueno, yo era su mayor tesoro. Una pieza única, para disfrutar y exhibir, su trufa blanca, así me llamaba. ¿Por qué?, porque era rara, muy rara.
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Soy suya, su "Trufa Blanca" (En pausa, esperando inspiración)
VampireVampiros. Mito o realidad. Para mí no eran más que historias para asustar a algunos, o para despertar el romanticismo en otros. Hasta que me topé de bruces con su mundo. Mi historia... puedes o no creerla, pero si estás dispuesto a escuchar, prepára...