Capítulo 18

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Alexander

- ¿Aidan?.-

La voz de Mira sonó angustiada junto a la puerta. Mientras, mis manos buscaban el pequeño bulto bajo la colcha.

- ¿Mami?.-

La pequeña cabeza se elevó de entre la ropa de cama, una diminuta mano frotando un ojo más dormido que despierto.

- Hola cariño.-

Mira caminó hasta su pequeño, y yo le facilité el acceso. Aquel era su momento, y no iba a interferir. Yo sobraba. Byron esperaba prudentemente fuera de la habitación, así que salí y al llegar a su lado le hice un gesto para que me siguiera. Había un tema que tratar, y aquel lugar no era el correcto.

Cuando cerré la puerta del despacho, el hombre controlador y metódico se puso al mando, volviendo a enterrar al vulnerable macho sensible.

- Creía que habíamos asegurado todas las entradas.-

- Está claro que hay algún lugar que se no escapa. Las cámaras de seguridad...-

- No tenemos tiempo para eso. Quiero a mi... a todos en un lugar seguro para ayer.-

- Haré una lista con las opciones disponibles.-

- Yo me encargaré de buscarlo, después nos ocuparemos en blindarlo. De momento, duplica la seguridad. Nadie va a entrar o salir de aquí hasta que vayamos a ese nuevo lugar. –

- Ya estoy en ello.-

- Te llamaré cuando tenga algo en perspectiva. Discutiremos las opciones.-

Byron dejó el despacho, y salió a cumplir con su parte. Yo me encargaría de buscarnos un lugar seguro, para mi familia. Casi se me escapan esas palabras delante de Byron. No lo eran, pero cuando sentí la presión en el pecho momentos antes, supe que el pequeño y su seguridad eran importantes para mí. Primero su madre, luego él, estaba perdido. Un hombre como yo no podía tener puntos débiles, y ahora, en un parpadeo, me había hecho con dos.

Abrí mi portátil, y empecé a revisar las distintas opciones que había escogido en los días anteriores. Me lo había tomado con demasiada calma, o quizás estaba más centrado en otras cosas, o mejor dicho en otra persona. Tenía que poner mi cabeza en orden, y dar prioridad a nuestra seguridad. Después de estudiar varias ubicaciones, encontré el lugar adecuado. Mas grande, más aislado, mucho más caro, pero totalmente lo que necesitábamos. Era una enorme mansión, de manufactura moderna, con una gran parcela de terreno, cubierta en la parte posterior por una gran arboleda, y un pequeño riachuelo. Para otros puede que no fuera fácil de defender, pero para un vampiro, era el lugar perfecto. Ya disponía de múltiples medidas de seguridad, tan solo unos pequeños retoques, y ningún ser vivo, humano o raza, sería capaz de entrar en la propiedad sin ser detectado. Parecía la localización perfecta.

Llamé a Byron, le expuse mi elección, y estuvo totalmente de acuerdo. Era fácil de defender, y solo había que hacer unos pequeños retoques. Por la mañana llamaría a mi abogado para que se encargase de la adquisición lo antes posible. Y ese maldito dúplex, podía mandarlo a la mierda, así que me desharía de él a cualquier precio. Ahora, teníamos que afrontar la segunda parte del motivo por el que había tomado aquella decisión. ¿Quién demonios había estado allí dentro?

- ¿Qué has averiguado?.-

- Las cámaras de seguridad no muestran gran cosa, pero en una de las imágenes, aparece la persona que tu y yo ya conocemos.-

- ¡ Mierda ¡. Sea quien sea, se toma muchas molestias en que un vampiro no pueda reconocerlo. Oculta y transforma su imagen, camufla su olor con neutralizadores, y lo peor de todo, conoce demasiado bien la casa.-

- He seguido su rastro.-

Él y yo sabíamos a lo que se refería, los dos notamos la presencia, o mejor dicho, ausencia de olor en algunos lugares de la casa, seguramente en aquellos espacios que el neutralizador de olores se había propagado, es decir, el camino que el asaltante había seguido, dejando un rastro de falta de olor a su paso. No sabríamos que olor tenía, pero podíamos rastrear su camino. Al menos, hasta cierto límite.

- ¿Y bien?.-

- He encontrado la puerta de acceso. Es una entrada secreta junto a la despensa.-

- El viejo y sus psicosis. Lo que debía de ser una salida de escape en caso de peligro, se ha convertido en la entrada para su asesino.-

- Eso no es todo.-

- ¿Qué más tienes?.-

- Entró en la habitación del niño.-

- Lo sé.-

- Y en la de Mira.-

- ¿En la de Mira?.-

- Su "olor" está por todas partes, incluso entre su ropa y en el baño. Y casi estoy seguro, de que se ha llevado algo consigo.-



Soy suya, su "Trufa Blanca" (En pausa, esperando inspiración)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora