Capítulo 12

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Sorprender a un vampiro es algo demasiado difícil, pero noté que aquella petición había descolocado a Alexander. No estaba preparado para esas palabras. "Aliméntame". ¿Quizás pensó que le había pedido tomar de su sangre?, probablemente. Aunque mi intención era dejarme alimentar por lo que él sabía que yo podría tolerar. Al fin y al cabo, el llevaba mucho más tiempo que yo siendo un miembro de la raza.

- ¿Quieres beber sangre?.-

Sentí una patada voltear mi estómago. Podría ser una de ellos, pero aún sentía asco y reparos como un humano.

- Yo... no sé si podría... ya sabes, morder a alguien.-

Él pareció relajar sus hombros, y estudió sus opciones.

- ¿Confías en mi?.-

- En este momento, eres mi mejor opción.-

- De acuerdo.-

Lo vi desaparecer de la habitación, y volver un rato después con un gran vaso de zumo.

- Bebe, esto te sentará bien.-

Hice una tentativa, saboreando un sorbo pequeño. Y después, tomé todo el vaso y bebí hasta acabar con todo.

- Buena chica. ¿Quieres más?.-

- Si, por favor.-

Él volvió a desaparecer, y regresó con una jarra momentos después. La verdad, no recordaba que el zumo tendría ese sabor, y parecía algo rojizo para ser sólo de naranja. Pero mi estómago lo aceptó bien, y mi paladar lo aprobó, así que fue bien venido.

- ¿No es sólo zumo, verdad?.-

- No, te he preparado algo con sangre sintética.-

- ¿Sintética?.-

- Sí, una de las empresas de Leopold lleva trabajando con temas orientados a.... ¿cómo decirlo?.-

- ¿Relacionados con la raza?.-

- Los hospitales humanos no pueden ocuparse de nosotros, y como todo ser vivo, tenemos necesidades médicas que cubrir.-

- ¿Y habéis logrado sintetizar la sangre?.-

- Bueno, se llama sangre beta, o sangre B, y no es lo mismo que la auténtica, pero sirve a nuestros propósitos.-

- Como alimentarme.-

- Bueno, esa no fue la idea original, pero contigo hemos tenido que improvisar.-

- Sigo viva, entonces supongo que no tengo razones para protestar.-

- De momento te mantiene, pero no es un remedio definitivo.-

- ¿Qué quieres decir?.-

- Por mucho que se alimente a un individuo con un preparado alimenticio, nada puede sustituir a una comida real.-

Mira inclinó la cabeza derrotada, no podría escapar de lo que era ahora, en lo que se había convertido.

- Tendré que encontrar un donante de sangre.-

- Yo me encargaré de eso, no te preocupes. Tú solo céntrate en recuperarte.-

- No, no quiero vivir en la ignorancia. Quiero saber cómo consigues mi alimento.-

- Cuando ibas al supermercado, no necesitabas saber la vida de la ternera antes de comerte un filete.-

- Bueno, esto es distinto.-

- Si quieres estar segura de que esa sangre es donada voluntariamente, no tendré ningún problema en asegurártelo. La raza se ha civilizado mucho desde los tiempos de las grandes matanzas. Todos evolucionamos.-

- Lo haces sonar como que tenéis centros donde la gente va a donar sangre de forma voluntaria.-

Alex alzó una ceja y dejó que ella misma se diera cuenta de sus propias palabras.

- ¿Ah, es así como funcionáis, como la Cruz Roja?.-

- Algo así. Aunque hay más maneras de conseguir sangre. Olvidas que el ser humano no es el único el vivir gracias al fluido rojo.-

- Ah, granjas, tenéis granjas.-

- Yo más bien me refería a los mataderos industriales.-

- Claro, no había pensado en ello.-

- No, a la gente le cuesta reconocer que entre la granja y el filete del supermercado, hay un lugar donde se sacrifica a los animales que se van a comer.-

- Tuché.-

- ¿Ahora comerás lo que te ofrezca de manera más tranquila?.-

- Confiaré en tu palabra.-


Alex no iba a decirle que estaba mezclando su propia sangre con su alimento. La sangre B no tenía ninguna marca distintiva, pero la suya, era una advertencia clara para cualquier miembro de la raza, ella tenía dueño.


Soy suya, su "Trufa Blanca" (En pausa, esperando inspiración)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora