Parte 10

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Narra Harry

Louis: - No podía decir que era hetero porque...bueno yo soy... - empieza, y siento que el corazón se me sale del pecho. Su voz se detiene de repente y oigo un fuerte golpe, como si se le hubiera caído el teléfono.

Harry: - ¿Louis? ¿Estás ahí?

No contesta y la otra línea empieza a pitar. Me quito el teléfono de la oreja y miro la pantalla con curiosidad. Supongo que me habrá colgado. ¿En serio, Lou? Tiene que dejar de colgarme. Está empezando a molestarme.

Suspiro y tiro el móvil a la pared, frustrado conmigo mismo.

Cada vez que estamos detenidos lo pasamos genial juntos, y es un chico estupendo con el que mantener una conversación. Es como si pudiera ser yo mismo cuando estoy con él. Puedo ser Harry al cien por cien, y no el chico que la escuela ve en mí. Lo que más me molesta de Louis es que me ha vuelto a confundir. Estaba casi curado de mi problema, pero entonces él tuvo que entrar en mi vida y hacer que me cuestionara todo.

¿Por qué tiene que ser tan malditamente perfecto?

El dolor se extiende por mi mano cuando golpeo la pared con el puño. Miro fijamente el hoyo que he hecho en la pared con los ojos muy abiertos. La pintura blanca está desconchada y abollada. Mierda. Bueno, ya es oficial. Mi padre me va a matar.

Me miro el puño y empiezo a maldecirme. Le doy la vuelta a la mano y me miro los nudillos, que se han vuelto de un rojo intenso. Intento doblar la mano, pero pronto descubro que ha sido un grave error. Suelto un fuerte grito de dolor y tengo que morderme el labio para no gritar.

Una criada, cuyo nombre no recuerdo en este momento, abre la puerta y se me queda mirando. La observo mientras sus ojos azules se fijan en mi mano y se tapa la boca con su pálida mano. Tiene el pelo castaño y ondulado y la cara salpicada de pecas. Parece tener unos veinte años.

"Señor Styles, ¿Qué se ha hecho en la mano? He oído un ruido muy fuerte", me pregunta, corriendo a mi lado.

Se agacha y me acaricia la mano con la suya.

Harry: - ¡Me duele! - grito. apartando la mano.

La criada me mira a los ojos y frunce el ceño. "Ven aquí", me dice haciéndome un gesto para que la siga.

Suspiro y la sigo a regañadientes hasta el cuarto de baño. Cierra la puerta, abre el grifo y saca varias cosas del botiquín.

"Siéntate. Ahora", dice, moviendo la cabeza hacia el inodoro.

Harry: - Bien...

Dejo la tapa del váter y me siento encima. Ella se acerca a mí y se arrodilla para atenderme mejor la mano. "¿Por qué hiciste eso?", me pregunta, pasando sus dedos delicadamente alrededor de mis nudillos rojos.

Harry: - Porque estaba cabreado - le digo encogiéndome de hombros. Ella se burla y me apunta a la mano con un spray. - ¡Ay! - grito mientras me rocía algo en los cortes de los nudillos - ¡Me escuece!

Me dedica una sonrisa de disculpa, pero no me suelta la mano. "Lo siento. Te ayudará a mejorar, ¿sí?", me promete. Gruño, pero la dejo continuar. Me envuelve la mano en una gasa de color tostado y me la cierra con una pinza metálica.

Levanto una ceja.

Harry: - ¿Es realmente necesario todo esto?

"Sí, te portaste como un idiota y ahora tendrás tu venganza", me explica con una sonrisa en los labios.

Frunzo el ceño.

Harry: - Tenía una razón para ser idiota.

"¿Y cuál era?" pregunta.

Detencion - L.S (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora